Las jaulas deben ser de barrotes o malla metálica, si la hacemos casera, nunca urnas, táperes o peceras. Los barrotes les ayudan a escalar y hacer ejercicio, por lo que unos barrotes horizontales siempre serán bienvenidos.
Si lo que quieres es hacerla casera y de madera, no olvides cerciorarte de que no sea una madera tóxica para ellos. Si además quieres pintarla, fíjate en que la pintura que vayas a usar indique que cumple la normativa UNE-EN-71. Eso te dará la garantía de que la pintura no será tóxica para ellos.
No hay que olvidar que el tamaño de la jaula debe ir acorde con sus necesidades de espacio. Para albergar una pareja de roedores es necesario un espacio de al menos 0.25 m3 en la jaula.
El lado más corto de una jaula nunca debe ser inferior a los 50 cm, para que nuestros roedores puedan moverse cómodamente. Lo mejor es aumentarlo todo lo que podamos.
Recuerda que los pisos y escaleras deben estar protegidos si son de barrotes y hacerlos lisos, para que no se hagan daño al poder atraparse las patas o la cola.
Cerciórate de que el espacio entre barrotes es válido para el tamaño de tu roedor. Si son bebés, será necesario 1 cm o menos, y podrá espaciarse más a medida que vayan creciendo. ¡Créenos cuando te decimos que por donde entra la cabeza de un roedor, entra el roedor entero! Si tu espacio entre barrotes aún es demasiado grande, forra la jaula con malla metálica de luz pequeña.
La jaula debe estar situada en un lugar tranquilo, sin ruidos ni corrientes de aire.
La jaula debe estar "decorada" con muchos accesorios, hamacas, juguetes... que estimulan a los roedores y mejoran su inteligencia, su estado de ánimo y su salud psicológica. Hay multitud de juguetes aptos para las roedores en las tiendas, pero también puedes fabricar o adaptar tus propios accesorios, eso sí, ¡cerciórate siempre de que no sean tóxicos o peligrosos para ellos al roerlos!
Si vas a utilizar sustrato en toda la bandeja de la jaula, asegúrate para tu comodidad de que ésta es alta para que no puedan tirar fácilmente el sustrato fuera de la jaula, y también de que sea cómodo para caminar con sus patitas.
Evita los bebederos que goteen y que encharquen la jaula. Pueden pudrir el sustrato o mantener mojados a nuestros roedores y provocarles enfriamiento corporal o resfriados. También procura escoger un comedero que no puedan mover. Los de material cerámico y los que se cuelgan de los barrotes son los más recomendados.
Si tu jaula va a albergar roedores jóvenes, puedes utilizar una jaula con altura, poniendo hamacas de "rescate" cada cierto tramo, para evitar caídas fuertes. Si tus roedores ya son mayores, apuesta por una jaula más bajita, casi conejera, para que no tenga accidentes dado que con los años también aumenta la torpeza.
Y si no quieres pasarlo mal durante la limpieza diaria o a la hora de tener que coger a algun roedor, busca que tu jaula tenga puertas grandes que te permitan acceder a la totalidad del espacio. Así no tendrás que desmontarla todos los días para limpiar.
Y si en lugar de jaula prefieres usar un táper, aquí tienes un par de videoconsejos para adaptarlos a las necesidades de tu roedor
COMO ADAPTAR UN BEBEDERO
COMO ADAPTAR UNA RUEDA
OTRA FORMA DE ADAPTAR UNA RUEDA