En este tipo de educación está totalmente prohibido las correcciones y castigos, ciertos materiales que atentan contra la integridad física y mental de los perros y otras muchas cosas que iremos explicando en diversos artículos. Entendemos por correcciones y castigos los “NO” punitivos, es decir, un no con voz alta para hacer saber al perro que ha hecho algo mal, los golpes, los tirones de correa, etc.
Mucha gente piensa incluso muchos profesionales que si educa en positivo a un perro lo que se está reforzando es que el perro haga siempre lo que le dé la gana y no tenga ningún tipo de límite en su comportamiento y que a la larga será incontrolable. Y nada más lejos de la realidad, lo que estamos haciendo es crear un vínculo indestructible con nuestro perro, que confíe plenamente en nosotros en cualquier situación.
Para que la educación de un perro sea lo más adecuada posible tenemos que hacerle entender qué cosas están bien y cuáles no. Un ejemplo perfecto es la persona que tiene problemas con su perro porque no le hace caso cuando le llama y en el momento que es capaz de cogerlo le echa la bronca, incluso le pega. La pregunta es ¿Cómo espera que el perro le haga caso si cada vez que le coge le espera un castigo? Los perros aprenden por asociación, si nosotros llamamos a nuestro perro y no viene, le cogemos y le echamos la bronca, el perro está aprendiendo a que no es bueno volver con su dueño, porque cada vez que le coge le echa la bronca. Sin embargo si nosotros trabajamos bien la llamada, primero la trabajamos en casa sin distracciones para el perro y le decimos la señal “aquí” y le damos un premio cada vez que viene hacia nosotros, la primera asociación que está aprendiendo el perro es que cada vez que su dueño le llama, va a recibir un premio. Después de pasar esta etapa hacemos lo mismo pero con alguna distracción en casa y casa vez que viene el perro recibe un premio, la asociación sigue fortaleciéndose. Los siguientes pasos serían entrenar la llamada en la calle con y sin distracciones de la misma manera que lo hemos hecho en casa, para que en la vida real cuando necesitemos que nuestro perro venga, no tenga ninguna duda en venir. De esta manera hemos construido una llamada totalmente fiable sin ningún tipo de castigo.
Otro inconveniente que puede surgir en la educación de un perro son los antecedentes de castigos que ha sufrido por parte de su dueño. Se puede entrenar una llamada de forma espectacular y de manera correctísima pero si nuestro perro no confía en nosotros porque estamos en la vida diaria y rutinaria constantemente castigándole y corrigiéndole, no va a venir. La razón es simple, el vínculo dueño-perro es débil. Para que un perro tenga una llamada fiable el vínculo dueño-perro debe ser de total confianza.
Otro gran problema que tienen algunos propietarios de perros, con sus amigos, es que éstos tienen miedo a las personas. Y lo que desconocen es que este problema ha podido venir muy probablemente de la época en que sus perros eran cachorros y estaban continuamente diciéndoles “NO”. ¿Qué ha podido ocurrir? Que la etapa de cachorro es la más importante en la vida de un perro y si se le educa con continuos “NO” lo único que sucede es que el cachorro está cogiendo miedo. Si está aprendiendo a tener miedo a su dueño, cómo no va a tener miedo a otras personas que ni conoce. Este es uno de los motivos de por qué los perros temen a las personas, no el único.
La educación canina amable y respetuosa es el único camino para que los perros se liberen de los graves problemas de comportamiento que tienen y sin duda es lo que ellos se merecen.
Por Esteban Navas, entrenador canino certificado en Wowdog.
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