Si convives con animales, que se suban al sofá es un problema bastante común y muy molesto para algunos propietarios.
¿Por qué no debemos dejar que se suban al sofá?
El perro, al igual que nosotros, debe tener sus espacios propios y debemos respetarnos mutuamente. De esta manera, evitaremos futuros conflictos que pueden aparecer porque el animal esté confundido. Muchos problemas de agresividad surgen por no ser consecuentes con acciones como éstas o similares. Si desde cachorro, no les permitimos subir al sofá y le hacemos entender cuál es su lugar de descanso, probablemente no se subirá al sofá de adulto.
Sin embargo, hay perros que cuando no nos tienen a la vista, siguen subiéndose. ¿Cuál es el motivo?
Perros que de cachorro, o incluso de adulto, se les ha permitido subir y un día de repente hemos cambiado su rutina.
Perros que en mayor o menor medida, sufren ansiedad por separación y buscan el olor de la familia porque les tranquiliza y relaja. El sofá y la cama son los lugares con mayor acumulación de olores.
Perros confundidos que no saben cuándo pueden subirse o no.
Perros muy resabiados que conocen lo cómodo que puede llegar a ser el sofa.
Perros cuyo lugar de descanso no es agradable para ellos.
¿Cómo evitamos que se suban en nuestra ausencia?
Lo ideal es que no tengan acceso a él, pero si por las circunstancias que sean, ésto no es posible, vamos a ver algunos trucos para ayudarles a entender que el sofá es zona no permitida.
Para empezar, debemos tener claro que no queremos que el perro se suba al sofá. No vale hoy sí, pero mañana no. Una vez que hemos tomado la decisión debemos llevar a cabo los siguientes pasos a rajatabla:
Cada vez que nos lo encontremos subidos al sofá, acercarnos a él sin violencia pero firmes, decir un NO rotundo y mandarlos a su cama o lugar de descanso.
Premiar siempre una buena conducta. Cuando esté descansando en su camita, podemos acercarnos con un poco de comida para recompensarle.
También debemos hacer de su lugar de descanso un sitio agradable para ellos, fresquito en verano y calentito en invierno. Si además, le dejas algunos premios en tu ausencia, convertirás ese sitio en el mejor de la casa.
Si aun así sigue subiéndose, tomaremos las siguientes medidas:
Poner una manta en el sofá con un fuerte olor a insecticida o un perfume fuerte. El olfato del perro es el instinto más desarrollado y los olores fuertes a limpio son bastante desagradables para ellos.
Otra opción, es poner latas vacías o botellas de plástico llenas de monedas o piedrecillas en los bordes del sofá. De esta manera, al subirse caerán al suelo haciendo un fuerte ruido. Debemos hacerlo durante varios días consecutivos para eliminar la conducta. Son castigos indirectos y ambientales que no afectan a vuestra relación.
Recordad que la paciencia y ser firmes es la clave del éxito!
Feliz martes perrer@!
María Morales Martínez
Educadora y terapeuta canino.
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