Cualquiera que sea el caso, ya sea por alguna de estas tres razones u otra razón, es fundamental que primero, tomes las medidas de seguridad necesarias, luego identifiques la causa de los escapes y finalmente puedas corregir este problema, que puede llegar a causar una pérdida de tu mascota o incluso un accidente si se pasa la calle.
Medidas de seguridad
Existen en el mercado muchas opciones para evitar que tu perro se pierda o para poder encontrarlo si no pudiste evitar que se escapara. Lo primero que te recomendamos es que identifiques cuál es el momento en el que tu mascota se escapa, ¿Es cuando abres la puerta de tu casa? ¿Cuando lo sueltas en el parque? ¿Al oír algún ruido extraño?
Si tu perro se escapa apenas abres la puerta de tu casa, lo primero que debes tener es precaución y dependiendo del lugar en el que vivas puedes comprar un corral modular que permita al perro ver hacia afuera pero evite que se escape. Para las salidas al parque puedes usar una correa corta para los trayectos por avenidas y cuando llegues a un lugar seguro, puedes usar una correa más larga, de aproximadamente 5 a 7 metros para que tu perro pueda ejercitarse y jugar sin problema y puedas tener un control en todo momento.
No recomendamos usar las correas retráctiles que se pueden estirar varios metros, pues vas a tener un menor control sobre tu perro y es mucho más incómodo para que pueda correr, para trayectos cortos puede funcionar, pero de lo contrario es muy probable que se pueda enredar en diferentes obstáculos del parque, o incluso se puede enredar en otro perro, ocasionando una pelea. Por esta razón, lo más recomendable es que uses una correa suelta y larga en el momento de juego y una correa más corta para pasear donde tengas dominio total de tu perro.
Otros de los accesorios más recomendables para tu mascota son: las placas de identificación, que puedes conseguir en cualquier veterinaria o comprarla por internet, en donde podrás poner el nombre de tu mascota y tu teléfono para que te contacten en cualquier emergencia. Otras alternativas muy buenas a las placas de identificación son los microchips, que se implantan en la piel de tu perro y un GPS canino, que a pesar de ser un poco más costoso, puede llegar a ser muy útil si tienes un perro escapista.
Recuerda que estos accesorios sirven como una medida en un caso extremo, pero lo ideal es prevenir y evitar cualquier tipo de situación en la que tu mascota se pueda perder o escapar.
Una educación inadecuada
Este es uno de los mayores problemas, pero también es uno de los más sencillos de solucionar. Generalmente todo se basa en una educación equivocada, en donde tu mascota no vuelve al llamado, ni le interesa obedecer, pues jerárquicamente cree que está por encima de ti, así que con mucho cariño y paciencia, pero a la vez con firmeza, debes demostrarle que tú estás por encima de él. Una de las maneras para lograr esto con acciones pequeñas en el día a día es, saliendo y entrando antes que él a la casa, comiendo primero tú, etc.
Una de las causas para que tu perro nunca vuelva es que lo mal acostumbraste desde pequeño. Es una pésima idea jugar a perseguir a tu perro, a pesar de que ellos tienden a hacerlo contigo y con otros perros, seguirles el juego es de una manera u otra decirles que es divertido perseguirlos y nunca van a volver. Cuando tu perro te invite a jugar y a perseguirlo, simplemente ignóralo y si puedes, corre en dirección contraria.
Para solucionar este problema vas a tener que hacer diferentes ejercicios de llamado, que podrás ver en otro de nuestros artículos y utilizar refuerzos positivos para que tu mascota siempre quiera volver cuando des la orden. Si tu mascota no vuelve a la primera vez que lo llamas, evita gritarle, llamarlo varias veces seguidas y nunca vayas a perseguirlo. Puede ser difícil esta parte pero debes ser muy firme y constante para que tu perro entienda que debe obedecerte.
Una hembra en celo
Cuando una hembra está en celo emite un olor que los perros perciben desde la distancia y los vuelve locos. Su comportamiento cambia radicalmente y puede llegar a causar peleas entre perros, como también, que tu mascota se pase una avenida sin mirar y causar un accidente. Una de las maneras para solucionar este problema, si no la única, es la esterilización de tu mascota, que además de evitar algunas enfermedades, también sirve para disminuir, casi que eliminar el deseo sexual de tu mascota.
Fobias o miedos
Las fobias o miedos también son una gran causa para que tu perro pueda escapar. Es un tema un poco más complejo porque son las alteraciones del comportamiento más difíciles de cambiar, pero también tienen solución, solo que vas a tener que ser muy paciente y aplicar estrategias de cambio de conducta.
Dos de los métodos de adiestramiento más comunes para tratar estas alteraciones son la desensibilización y el contracondicionamiento. La desensibilización se basa en ir acostumbrando al perro progresivamente a los estímulos que lo alteran para modificar la conducta, por ejemplo: si tu perro le tiene miedo a los rayos, puedes poner un sonido de rayo en tu computador en un volumen muy bajo que no le afecte a tu perro y progresivamente ir subiéndole el volumen o la intensidad del estímulo hasta que tu perro lo vea e identifique como algo natural.
El contracondicionamiento se enfoca en corregir un comportamiento de tu perro enseñándole otro diferente, por ejemplo: si tu perro se va cada vez que abres la puerta de tu casa, puedes enseñarle la orden de que se siente cada vez que abres la puerta, de esta manera no podrá hacer las dos acciones a la vez porque son incompatibles, así que la próxima vez que abras la puerta de tu casa si le das la orden es muy probable que se siente en vez de escaparse. Cabe aclarar que si el comportamiento que le estás enseñando a tu perro es incompatible con el que ya aprendió es mucho mejor, como en este caso, que tu perro no podrá sentarse y escaparse a la vez, por lo cual va a tener que terminar haciendo el que le ordenaste.
En todo caso el tema de las fobias o miedos puede ser complejo y lo más recomendable es que puedas remitir a tu mascota a un veterinario o a un etólogo para que pueda definir y buscarle la mejor solución al problema.