Artículo de Judith Muñoz, tomado de Mundodiario.com
Caballo muriendo en Barcelona.
Turismo Responsable FAADA
Muchos de nosotros hemos visto a majestuosos caballos tirando de carros y/o calesas por ciudades como Sevilla o Barcelona. Es un reclamo turístico que permite a sus usuarios disfrutar de un paseo por una ciudad del siglo XXI en un transporte del siglo XVIII.
Las preguntas que me surgen al pensar en esta práctica son: ¿se trata de maltrato animal? ¿Los caballos estarán bien cuidados? En el caso de que así sea, ¿por qué no permitir esta práctica? Si resultase que estos animales son explotados, ¿qué se debe hacer: prohibir o sancionar económicamente al dueño y a mayores, impedirle la tenencia de animales?
Aquí dejo el debate.
El caso es que todas estas preguntas me surgen a raíz de un suceso ocurrido en la ciudad de Barcelona, esa misma que hace unos años prohibió las corridas de toros, pero parece que permite que los caballos se mueran en sus calles.
Tal y como da a conocer la plataforma Turismo Responsable FAADA, uno de estos animales utilizado para paseos con turistas, fue sacrificado tras desplomarse en Montjuic debido a un golpe de calor.
Los testigos informan, tal y como recogen en FAADA (Fundación para el asesoramiento y acción en defensa de los animales) que los propietarios intentaron a la fuerza que el animal se levantara durante 2 horas, negándose a llamar un veterinario que al parecer no querían pagar.
Los policías que acudieron al lugar de los hechos también alegaron no tener contacto de veterinarios y solo los vecinos intentaron ayudar al animal trayendo agua en un intento casi imposible de hidratarle.
Después de mucha insistencia de estas mismas personas y al seguir empeorando el estado del animal, finalmente se hizo venir un veterinario que, sin ni siquiera intentar poner suero al animal, a los 10 minutos decidió sacrificarlo.
¿Qué ocurrirá con los propietarios del animal? Con el caballo ya sabemos que ha ocurrido, ha sido explotado hasta, literalmente, la muerte.