Boludo, el perro ciego, con su nueva dueña, la judoka Mónica Merenciano.
Foto: Jorge París
El colmo de un perro labrador, raza tradicional de lazarillos, sería quedarse ciego y que su dueño lo quisiera sacrificar. Le ocurrió a "Boludo", un precioso y sano animal gallego de cinco años, que perdió la vista por una enfermedad de la retina. Pero el veterinario se negó a darle muerte, convencido de poder encontrarle un nuevo hogar. Solo ha hecho falta una semana para dar con la mujer dispuesta a guiar los pasos de "Boludo" a partir de ahora. Es la medallista paralímpica Mónica Merenciano, quien además es también invidente parcial.
Boludo, el perro ciego, en el Parque de El Retiro de Madrid con su nueva dueña,
Mónica Merenciano. Foto: Jorge París.
"Boludo" tenía la semana pasada las horas contadas. Su dueño lo llevó a sacrificar a la clínica veterinaria coruñense que regenta Martín Marín. Decía que no podía hacerse cargo de él. Marín intentó hacerle recapacitar, apelando al indudable buen estado de salud del animal, pese a la ceguera. No tuvo éxito. El dueño terminó renunciando al perro en favor del veterinario.
Boludo, jugando en la playa de Ortigueira, donde puede correr sin toparse con
obstáculos. Foto: Jorge París.
"Es un perro bueno, que no exige mucho más cuidado que otros. Solo evitarle los riesgos lógicos. Con precaución, si no hay mucho tráfico, puede ir suelto. La gente ni se da cuenta de que es ciego. Su cuidado no implica gastos extras ni especiales, simplemente quererlo", explica Marín, que pasó un par de días a su cargo.
"Boludo" entró en el catálogo de perros sin hogar de la protectora Adopciones Ortegal el jueves pasado, mientras una voluntaria local, Destina Hürriyet, lo acogía de forma temporal en su casa de Ortigueira (Coruña).
Boludo, el perro ciego al que su primer dueño quiso sacrificar.
Foto: Jorge París.
"Es un perro cariñosísimo, es guapo y bueno. Tiene hasta pedigrí", dice la propia Destina. A los anuncios en Internet que pusieron respondió enseguida una chica de Valencia, de 29 años, dispuesta a quedárselo. "Cuando me dijo que ella misma tenía una discapacidad visual empecé a llorar", relata Destina. "Me contó que se vio identificada con este perro, que estaba buscando mascota". Y Destina supo "que eran la pareja perfecta, tal para cual".
Este martes Destina viajó con "Boludo" desde A Coruña hasta Madrid para entregárselo a su nueva dueña, Mónica Merenciano. Mónica es una judoka, ganadora de sendas medallas de bronce en los Juegos de Londres, Atenas y Pekín. "Llevaba tiempo pidiendo tener un perro. Es una raza que me gusta mucho y el hecho de que sea ciego no es ningún inconveniente para mí. De hecho, me chocó mucho que no lo quisieran por ese motivo". Ella es invidente parcial desde nacimiento. Sufre retinosis pigmentaria, tiene el campo visual reducido desde los once años, aunque ha logrado mantener estable la enfermedad gracias a que se cuida bien.
Boludo, entre Destina y Mónica Merenciano.
Foto: Jorge París.
Destina, la cuidadora gallega, se despidió en El Retiro con pena de "Boludo", pero ya se lo imagina corriendo "como un loco" por las playas valencianas, como ha hecho estos días en el kilométrico arenal de Ortigueira.
En la arena, sin obstáculos, es donde "Boludo" es un can totalmente feliz.