Somos los encargados de que nuestros amigos felinos sigan una dieta saludable y rica y, si es necesario, consultar al veterinario para que nos oriente.
La buena alimentación o el ejercicio se convierten en prioridades para nosotros, pero también para nuestras mascotas, que necesitan estar controladas para estar en su peso ideal.
Si tu gato tiene un abdomen pronunciado no es gracioso, es preocupante. Cualquier sobrepeso no controlado puede acabar en obesidad y no podemos consentirlo.
Por lo general, un felino con obesidad es un gato que sobrepasa en un 20% su peso ideal. En gatos macho adultos el peso ideal está en 5 kg., mientras que las hembras deben pesar unos 4 kg. Cuando engordan oscilan entre los 7 kg. y 8 kg., llegándose a apreciar una gran papada.
Parámetros como raza, tamaño o sexo influirán de forma radical en el resultado final. Para saber si nuestro gato sufre obesidad, podemos empezar palpando el abdomen de nuestro amigo con el objetivo de notar sus costillas, y si están ocultas bajo una capa de grasa, debemos empezar a cambiar sus hábitos alimenticios.
Alimentación equilibrada en gatos
La comida de tu gato debe estar medida y diseñada para satisfacer todas sus necesidades nutricionales. Si hablamos de un felino adulto, le daremos varias raciones al día hasta alcanzar el aporte calórico que necesita.
Si pesa 4 kg. su cuerpo quemará entre 250 y 300 calorías. Si tu gato es más grande y pesa 6 kg. necesitará entre 325 y 455 calorías.
Lo principal es no suministrarle comida en exceso y siempre comprobando que esté compuesta principalmente de vitaminas, proteínas, grasas esenciales y taurina.
Si por el contrario, nuestro amigo ya padece de sobrepeso, tenemos que controlar su alimentación rebajando la cantidad y la frecuencia.
También cambiaremos la dieta desde el punto de vista energético, porque si tu mascota es sedentaria además de obesa, nunca consumirá las calorías de un ejemplar inquieto.
El problema que te puedes encontrar si le suministras una nueva dieta es que no la quiera, le disgusten los cambios y se niegue a comer. Los gatos son engreídos y será difícil obligarles.
Las proteínas son el compuesto principal de su dieta, de hecho se trata del mamífero que más cantidad de proteínas necesita aportar a su metabolismo, así que es muy importante no darle comida de perros o sobras de nuestra comida. La taurina también es importante para evitar dolencias cardiovasculares.
Si las proteínas son esenciales, los carbohidratos no lo son tanto. Tenemos que controlar este último compuesto porque a tu gato, aunque le ayude como fuente de energía, no le es imprescindible.
De hecho, si se le da en exceso puede ocasionar problemas porque este nutriente se convertiría en grasa si no se quema de forma adecuada, por eso, lo mejor es comprar latas de comida que contengan todos los compuestos necesarios para nuestra mascota.
Podemos comprar la comida húmeda o seca, pero si te decantas por la última, no olvides poner abundante agua en el recipiente.
Necesitas que coman poco y a menudo para no interferir en su rápida digestión. El factor hambre no determina la regularidad ni la obsesión que tienen por la comida.
Problemas derivados del sobrepeso en felinos
La obesidad en los felinos es muy común. La mayoría de los ejemplares domésticos pasan toda su vida encerrados en casa.
Además está el inconveniente añadido de la castración. Si castras a tu gato necesitará solo el 75% y 80% de una alimentación normal de uno no castrado.
Todo ello unido a la mala alimentación por parte de los propietarios hace que nuestro minino coja sobrepeso y, como consecuencia, se vuelva obeso.
Enfermedades como diabetes, reuma, alteraciones dermatológicas, megacolon, síndrome urinario felino, etc. son dolencias relacionadas estrechamente con la obesidad. En el caso de las hembras, también puede llegar a ser un factor que impida o haga más difícil el parto en las gatas.
Cuando hay sobrepeso, éste puede apreciarse en la zona baja del abdomen. Para saber si tu gato es obeso, tienes que palpar y asegurarte de que se trata de eso y no de otras dolencias, ya que puede confundirse con una hernia inguinal o con un tumor mamario. Ambas complicaciones permanecen en la misma zona y con la misma forma hasta que se las reconoce. En caso de duda, acude al veterinario.
Para enfrentarnos con seriedad a esta patología es recomendable llevarlo a una clínica para que lo estudien detenidamente. Así, conseguiremos un diagnóstico clínico y un tratamiento inmediato.
Mediante un análisis sanguíneo y otro de orina, además de una evaluación cardiológica exhaustiva, conseguiremos un plan dietético impecable.
Lo importante es tomarte las normas en serio y al pie de la letra. Todo lo estipulado por el especialista en salud animal tiene que ser respetado para lograr el éxito.
El ejercicio en los gatos ayuda
Hacer cualquier tipo de ejercicio con él ayudará a que se encuentre en forma y queme las calorías sobrantes.
Diferentes juegos de entretenimiento consiguen que tú te sientas mejor por ayudar a tu mascota y que ella se sienta más cercana a ti debido a una mejora de la relación social.
Te recomendamos que hagas de tu casa un auténtico gimnasio. Tú serás el entrenador y tu felino se convertirá quince minutos al día en tu gimnasta. Ponle cajas, cojines, palos y todo lo que se te ocurra para dificultarle la movilidad y hacer que se esfuerce.
Su curiosidad la llevará a meterse entre los obstáculos, garantizando la flexibilidad y el ejercicio cardiovascular.
No podemos darte una dieta milagrosa pero sí animarte a que cuides y ayudes a tu mascota si padece este contratiempo. Paciencia y disciplina serán las claves para que tu gato vuelva a estar en su peso ideal.
Imagen gato y gatito: Contando Estrelas / flickr
Imagen gato marrón y blanco: Agent1994 / flickr
Imagen gato tumbado: Digo_Souza / flickr
Imagen gato sentado: Mon Labiaga Ferrer / flickr
Imagen gato saltando: Fabiancanosa / flickr