A veces, un vínculo demasiado estrecho con nuestras mascotas puede llevarnos a contraer alguna dolencia. Esto es conocido como zoonosis: todas las enfermedades que pueden ser transmitidas de un animal a una persona, y viceversa.
Para evitar que esto suceda, el primer paso es llevar al día la vacunación de nuestros animales. Son necesarias la prevención, la educación, la información y las visitas regulares al veterinario para controlar que todo está en su sitio. Si notamos algún síntoma extraño en nuestros pequeños amigos no hay que dejar de llevarlos a un profesional. Nos quedaremos más tranquilos, y si le pasa algo a nuestra mascota, podrán tratarla a tiempo.
Ejemplos de zoonosis
Hay sectores de población con más riesgo de contraer una de estas zoonosis, y hay que controlarles con más atención. Son los niños, ancianos, personas que trabajan continuamente rodeados de animales (agricultores, ganaderos, personal de mataderos, veterinarios, etc.) y aquéllos que tengan un sistema inmunológico que no esté en plenas facultades.Son más de 200 las enfermedades reconocidas de carácter zoonótico que puede adquirir el ser humano. Aquí os dejamos una lista de las más conocidas:
Quiste hidatídico: esta infección la contagia el helminto ‘Echinococcus granulosus’. Afecta al hígado y los pulmones de quien se pone en contacto con un perro infectado. Otra forma de adquirirla es mediante la ingesta de verduras o por beber agua que ha sido contaminada por los huevos del parásito. Para evitar el contagio por nuestros animales es imprescindible seguir un tratamiento de desparasitación y llevar al día el calendario de vacunación.
Cenurosis: La culpable de esta enfermedad es la ‘Taenia multiceps’. El adulto de este parásito puede hospedarse en el intestino del perro. El contagio se produce mediante la contaminación de alimentos de consumo humano por las heces del animal. También las ovejas, las cabras y otros animales herbívoros pueden transmitir esta dolencia.
Toxocariasis: Son dos helmintos diferenciados dependiendo de si se alojan en el gato (‘Toxocara cati’) o en el perro (‘Toxocara canis’). La infección en el hombre se produce de forma accidental, y se producen granulomas en diversos tejidos.
Coriomeningitis linfocitaria: El reservorio más habitual del virus que produce esta infección benigna es el Mus Musculus o ratón común. Otras veces el huésped es un hámster, una cobaya o un perro. Esta infección puede derivar en problemas de salud graves, como una meningitis, o en leves, como una gripe.
Rabia: Es una de las vacunas principales para nuestras mascotas, y como ya hemos dicho, la prevención es uno de los aspectos más importantes. La rabia afecta sobre todo a los mamíferos carnívoros. Con la infección se irrita el sistema nervioso central, a lo que le sigue una parálisis y, por último, la muerte. Se contagia mediante la mordedura de un perro, por el contacto entre la saliva del animal y nuestra sangre.
Muermo: Esta enfermedad se contagia por el ‘Pseudomona mallei’, que se aloja en asnos, mulos, caballos, etc. Los que más cuidado tienen que tener son los ganaderos y la gente que se dedica a la cría de equinos.
Leptospirosis: Si se vacuna al animal no hay peligro de contraer la enfermedad. En países desarrollados el número de perros afectados es prácticamente nulo.
Fiebre botonosa: Es una enfermedad endémica de los países mediterráneos. La causante es la ‘Rickettsia conorii’, que se encuentra en las garrapatas. El hombre puede convertirse en huésped al entrar en contacto con un perro infestado de garrapatas, o simplemente por la picadura de una garrapata que está en el suelo. Esto demuestra lo importante de un buen tratamiento antiparasitario.
Fiebre Q: Esta enfermedad se encuentra en todo el mundo, y la causa la bacteria ‘Coxiella burnetii’. Su proceso es endémico pero puede darse en brotes epidémicos. El reservorio puede ser cualquier animal de compañía, y también animales de granja como la vaca, la oveja o la cabra.
Enfermedad por arañazo de gato: como su propio nombre indica, en las uñas de los gatos puede haber una bacteria que podemos contraer cuando estos animales nos arañan. Para eso, hay que tener muy en cuenta la higiene de nuestro felino.
El miedo a la toxoplasmosis
Se trata de una infección que todavía no se ha erradicado, y que provoca el protozoo intracelular ‘Toxoplasma gondila’, un parásito que se encuentra en los gatos. El ser humano puede contraer la enfermedad al ingerir alimentos poco hechos o crudos, ya que pueden estar infectados por heces de gato o de roedor. En este caso se trata de una toxoplasmosis adquirida.Sobre todo las embarazadas deben tener cuidado ante esta enfermedad. Si conviven con un gato y la contraen, a su vez pueden transmitírsela al feto a través de la placenta, lo que deriva en toxoplasmosis congénita. Para comprobar si se tiene toxoplasmosis hay que hacerse una serología para toxoplasma y, aunque el resultado sea negativo, seguir manteniendo las precauciones. Mientras que la toxoplasmosis adquirida causa síntomas leves (dolores musculares y de cabeza, aumento de los ganglios linfáticos, algo de fiebre, etc.), la toxoplasmosis congénita es letal para el bebé.
Esta enfermedad puede provocar ceguera y otros daños irreversibles en el sistema nervioso central del feto (aumento del tamaño del bazo y del hígado, o retraso mental). Por eso resulta imprescindible realizar la serología, ya que cogiendo los síntomas a tiempo se puede poner en marcha el tratamiento.
Otros sectores de población sensibles a esta enfermedad son los afectados por el SIDA, o los pacientes de cáncer a los que se trata con quimioterapia. Los problemas que pueden sufrir en órganos como los ojos, el corazón, el hígado, el pulmón o el cerebro son muy peligrosos.
Agradecimientos: A los foreros Bondileo, Juanjete, fabiandrea, ROYZA, Madheley, luz_0025 y clcr23, por sus fotos.