@sashas.shenanigans
Aplica estos 10 sencillos tips desde el primer día que tu perro llegue a casa: Aplica el adiestramiento en positivo. ¿Qué es eso? Te preguntarás. No es más que desechar la idea de gritar, castigar o dañar al perro físicamente, y emplear la motivación para educarlo. ¿Cómo? Ignora las malas conductas o regáñalas con un NO o sssh, y refuerza las conductas positivas con elogios (¡muy bien!, ¡buen chico!, etc.), caricias o comida. Está más que comprobado que los perros aprenden más rápido y de forma más eficaz si evitamos la agresividad.
La clave está en la perseverancia. Persevera en lo que quieras enseñar a tu perro. No intentes conseguir logros el primer día, ni la primera semana e incluso ni el primer mes. La impaciencia es tu peor enemigo. No te rindas. Cada perro tiene su ritmo y simplemente debes ser perseverante y disciplinad@ a la hora de educar a tu perro.
Prepárate para la llegada de tu perro. Anticípate a su llegada. ¿Esto que significa? Que debes tener ya todos sus accesorios preparados, su zona lista, las zonas de la casa donde puede y no puede entrar, las normas consensuadas en la familia, etc.
Aplica la regañina o premio en el mismo momento en que se da la conducta. Esto de llegar a casa, encontrarse el pipí y regañar al perro te irá muy bien a ti para quedarte a gusto, pero al perro no le va a surtir efecto, ¿por qué? Porque no sabrá de lo que le hablas. El perro no entiende de atemporalidad. El perro vive el aquí y el ahora, entonces, si quieres de verdad enseñar lo que debe y lo que no debe hacer actúa en el mismo momento en que la conducta se lleva a cabo, jamás cuando ya ha pasado.
Educa a tu perro desde el mismo momento en que llega a casa. Retira la idea de que el perro es demasiado pequeño o demasiado mayor para aprender. El perro aprende durante toda su vida, igual que los humanos. Por eso, es fundamental que desde el primer momento en que llegue a casa ya vayas aplicando las normas de convivencia: ¡pipí aquí!, ¡aquí no subas!, ¡no se ladra!, etc.
Entrena en obediencia básica. Todos son ventajas. Con la obediencia básica (siéntate, túmbate, quieto, etc.), no solo aprenderá buenas conductas de convivencia, sino que reforzarás vuestro vínculo, se sentirá motivado, estimularás su inteligencia, y entre otras cosas, facilitarás que cada vez te haga más caso.
No agobies a tu perro. Cuando desees enseñar a tu perro trucos no le sometas a un tercer grado. Las enseñanzas deben ser divertidas, deben darse cuando el perro esté tranquilo y deben realizarse en sesiones de no más de 5 minutos al día. Te aseguro que con tan solo este tiempo tu perro aprenderá rápido y mucho.
La socialización es clave. Cuando el cachorro tiene entre 2 y 4 meses pasa por un periodo de sensibilización social. ¿Esto qué significa? Que debes presentar a tu perro de forma muy suave estímulos diferentes que van a formar parte de su vida diaria. Si no lo haces, tu perro crecerá inseguro y temeroso. Me refiero a exponerlo a diferentes ruidos, sonidos, ambientes, entornos, personas, perros, animales, etc. Cuantos más estímulos interactúe mayor confianza y autoestima tendrá el perro cuando crezca.
La jaula de confinamiento es tu aliada. La jaula no es un elemento de castigo ni debes presentársela a tu perro como tal. La jaula es tu aliada y la aliada de tu perro. Para tu perro debe funcionar como su guarida, como un sitio donde se sienta seguro y protegido, con su mantita, algún juguete, etc. Y para ti, porque podrás confinarlo cuando tengas visitas en casa, cuando tengas que hacer algo en algún sitio de la casa (como bañarte) y no quieras que tu perro haga trastadas como comerse algún cable, morder alguna planta, etc. Y, además, te puede servir también como trasportín para ir al veterinario o salir en coche a pasear.
Coherencia. La coherencia es muy importante y es fundamental a la hora de educar a tu perro. Debes ser coherente con todo lo que le enseñes a tu perro y le permitas hacer. Por ejemplo, a lo mejor no te importa que salte a saludar cuando recibes visitas porque es pequeño, pero cuando crezca, ¡te hará tanta gracia? El consenso familiar es importantísimo. Todos los miembros de la familia deben actuar en la misma línea de trabajo. Aquí la coherencia es básica. No puedes decirle al perro que no suba al sofá y que luego tu hijo sí le deje. ¿De acuerdo? Estos 10 tips son básicos pero fundamentales para empezar a educar a un perro. Hay muchísimas cosas que descubrirás conviviendo con tu perro, incluso, llegarán momentos en los que a lo mejor te plantees muchas cosas, pero créeme, diviértete, ten paciencia y edúcate tú primero para poder educar a tu perro. Solo así, lograrás convivir con tu perro de forma feliz y equilibrada.
Sandra Ferrer. Creadora del Programa de Educación Canino “Cómo Educar a un Cachorro”
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