También cabe la posibilidad de que te preguntes el tipo de alimento que le debes dar a tu animal. Aquí hay diversas opciones, ya que le puedes dar pienso o alimentar un perro solo con carne.
¿Y si decide el perro?
Una de las opciones que tienes es dejar la comida bien visible y que el perro decida comer cuando tenga hambre. Un método más que interesante si lo que tienes es un perro muy activo que quema muchas calorías. En este sentido, tendrás que utilizar un tipo de alimento que no se eche a perder.Las desventajas de esta opción son que la comida puede atraer insectos y roedores, sobre todo si dejas la comida en el jardín o una terraza al aire libre. Además, si tienes más de un perro en casa tampoco es una opción muy recomendable.
Controlar las porciones
Controlar las porciones es otra de las medidas que puedes llevar a cabo. Para ello, lo primero que debes hacer es preguntarle al veterinario cuál es el peso ideal que debería tener el perro. No obstante, en los paquetes de comida para perros suelen venir impresas las dosis de comida que debes suministrar a tu mascota en función de su raza y su tamaño.Al controlar las porciones, puedes alimentar al perro una o dos veces al día. Lo mejor es hacerlo un par de veces, con intervalos de tiempo entre una y otra de 8-12 horas. Si lo haces de esta manera, divide la cantidad sugerida por el fabricante y listo.
La alimentación programada
Si no te preocupa que tu perro coma en exceso pero no quieres dejar la comida fuera todo el día, debes usar el método de la alimentación programada. Este método consiste en darle al perro una cierta cantidad de tiempo para comer, al menos unos 30 minutos aproximadamente. Una vez que se acabe este tiempo, debes retirarle la comida.Cuando le vuelvas a ofrecer comida 8-12 horas después, el perro tendrá hambre y repetirás el mismo proceso de la alimentación programada.
En definitiva, la alimentación de tu perro puede depender de una serie de factores. Si los controlas bien, no tendrás ningún problema y disfrutarás con la garantía de que el animal está bien alimentado.