A partir de la sexta semana, los gatitos son cada vez más independientes: Pueden comer alimentos sólidos y algunos incluso son capaces de hacer sus necesidades fisiológicas con toda pulcritud en su arenero. En esta etapa, la madre se va mostrando menos dispuesta a dejar que sus crías se acerquen a mamar. Por lo anterior, muchos propietarios creen que los gatitos ya pueden hacer su vida y que están preparados para ser entregados a sus futuros humanos. También están convencidos de que un gatito muy joven se adapta mejor y más rápidamente a su nuevo hogar.
Sin embargo, desde el punto de vista de las necesidades de los gatitos, la entrega a esta edad no está justificada y no es raro que cause alteraciones de comportamiento difíciles de manejar incluso en la edad adulta.
Hasta el final del tercer mes de vida, la educación materna y el juego con sus hermanos son importantes para el sano desarrollo de los gatitos porque establecen las bases de su futuro comportamiento social. Aun cuando los gatitos solamente maman de vez en cuando, una separación de la madre antes de tiempo trae como consecuencia que su reflejo de succión no quede suficientemente satisfecho.
Los gatitos separados de su mader antes de tiempo a menudo se muestran temerosos o agresivos, pero también pueden evidenciar una excesiva dependencia de las personas, de modo que el dueño no puede dar ni un paso sin que su gato lo siga y mucho menos dejarlo solo durante algún tiempo.