Tomado de Diario de Navarra
Una tortuga de Florida, mascota habitual. Cedida.
El doctor en Biología y estudioso de la Biología de la Conservación, David Campión, advierte a los compradores de tortugas acuáticas sobre los peligros de liberarlas en la naturaleza una vez hayan crecido.
Los galápagos exóticos o tortugas de Florida son una especie catalogada como invasora por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la máxima autoridad en materia de conservación de la naturaleza invasora en Navarra.
"La típica tortuga acuática que se ha vendido durante décadas en las tiendas de mascotas está catalogada entre las cien especies invasoras más peligrosas del mundo", señala este experto.
El biólogo afirma que "se trata de un grupo de especies capaces de adaptarse a lugares diferentes a sus localidades de origen (en este caso, el sur de Estados Unidos), y expandirse y provocar graves daños económicos y/o ambientales".
"Sin embargo, al ser liberadas en la naturaleza, bien sufren una muerte cruel, o bien se expanden y causan graves problemas ambientales en el medio", afirma el biólogo.
Para evitar estos daños, Campión apunta que "son precisas campañas específicas en centros escolares, con edición de material informativo".
Asimismo sostiene que "se deberían distribuir trípticos informativos en las tiendas de mascotas a quienes deseen adquirir tortugas. No se trata de impedir su venta, sino de advertir a los compradores de que no es una buena opción liberar animales exóticos en la naturaleza".
Esta invasión de galápagos supone un problema, ya que, "por un lado, desplaza a las tortugas acuáticas autóctonas, compitiendo con ellas por el alimento y el hábitat disponible". "Son más agresivas y se reproducen con mayor eficacia que nuestros galápagos europeos, que están catalogados como especies en grave peligro", advierte.
Por otro lado, añade que "se ha comprobado que son vectores de patógenos tanto para el público en general como para las lagunas donde se asientan, donde se ha encontrado una mayor prevalencia de Salmonella que en los humedales sin tortugas exóticas".
La solución a este problema pasa por "la detección temprana del problema y la toma de medidas rápidas en los momentos iniciales". "Se trata de monitorizar los lugares más querenciosos para estas tortugas para detectar su presencia, y en una segunda fase, extraer estas especies exóticas del medio natural para evitar su proliferación antes de que sea tarde", señala.
Las especies que se encuentran en los ríos Arga y Aragón son objeto del proyecto LIFE Territorio Visón, cofinanciado por la Unión Europea y el Gobierno foral, a través de Gestión Ambiental de Navarra, que "trata de devolver a dichos ríos su territorio fluvial y de crear humedales de gran calidad", algo "vital para el visón europeo y el galápago europeo, entre otros organismos amenazados".
En cuanto a las medidas que es necesario tomar ante una especie invasora, destaca que es fundamental prevenir su aparición. "Si ésta se produce, es prioritario intervenir en los momentos iniciales. Una vez que una especie invasora se expande, el coste económico y humano es muy grande para lograr su erradicación", subraya.
En Navarra se está a tiempo de impedir su expansión, ya que "se encuentra en una fase inicial en la que aparecen ejemplares dispersos, pero no parecen formar poblaciones cohesionadas y reproductoras". "Es muy probable que todos los ejemplares observados procedan de sueltas de particulares y que no hayan nacido en la naturaleza", señala.
Es precisa "una labor de erradicación y una potente campaña de concienciación de la ciudadanía y de las tiendas de mascotas, para que se comprenda que cuando quieran deshacerse de una tortuga acuática por su excesivo tamaño o porque ya no la quieren, no se deben soltar en la naturaleza". "Existe un servicio de recogida de fauna exótica gubernamental que atiende estos temas en el teléfono 112", recuerda el biólogo.