Tomado de El Economista.es
Javier Limón, el marido de Teresa Romero, la enfermera contagiada y cuyo
perro Excálibur fue eutanasiado.
Lo ha explicado en la rueda de prensa anterior a una conferencia sobre el sacrificio de Excálibur --el perro de la auxiliar de enfermería contagiada en Madrid Teresa Romero--, organizada por la Comisión de Protección de los Derechos de los Animales (CPDA) del Colegio de Abogados de Barcelona (Icab).
Trilla ha detallado que la comisión trabaja con especialistas de varios ámbitos --epidemiólogos, médicos y veterinarios-- en este protocolo como medida de prevención para saber qué pasos seguir en un escenario como éste "esperando que no suceda nunca": dónde se llevaría el animal, cómo se lo trataría y cuántos días debería estar en cuarentena.
Por ello, han partido de un protocolo de Estados Unidos y están abiertos a otras propuestas, como la que ha lanzado la investigadora de Veterinaria de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), Marga Martín, quien ha defendido un protocolo que contemple un espacio habilitado para aislar al perro; personal "entrenado" para tratarlo, y un equipo de veterinarios formados.
Trilla ha manifestado que "no hay ninguna evidencia científica de transmisión del Ébola de perros a personas", pese a los escasos estudios científicos que hay, y ha agregado que ante la duda no se debería haber tomado una medida tan drástica como ejecutar a Excálibur, puesto que en Estados Unidos se optó solo por aislar al perro de mujer contagiada y no se han dado más casos.
Martín ha relatado que solo hay un único estudio de brotes en Gabón (África) sobre animales, que concluyó que los que habían estado en contacto con el virus tenían anticuerpos pero no manifestaban la enfermedad ni mortalidad, un hecho que pudo decantar a la administración madrileña a aplicar el "principio de precaución", ha sostenido.
VULNERACIÓN DE DERECHOS
El abogado y vicepresidente de la CPDA, Carles Soliva, ha afirmado que con la decisión de la consejería de Salud de Madrid de matar a la mascota de la enfermera "no solo se pisaron los derechos de Excálibur sino los derechos fundamentales de las personas".
Según él, esta actuación "no respetó la tutela judicial efectiva" porque no se informó al marido de la contagiada y se le engañó para que entregara las llaves del piso, además de suponer un menosprecio hacia la vida del animal, que era trascendente e importante para esta familia.