Una y otra vez, los científicos marinos que exploran las profundidades oscuras del océano sacan una nueva especie de pez definitivamente fea.
Los científicos capturaron tres hembras de esta especie de peces lophiiformes (Theodore Pietsch/Universidad de Washington).
La especie recién descubierta parecía un zapato viejo jorobado en estado de descomposición, con espinas, un bigote fino y una bocota con dientes amenazadores. De la cabeza sale una especie de caña de pescar larga y angulada.
Esta característica es típica de todas las especies de peces lophiiformes ceratoides, que la usan para atraer a otros peces a sus afiladas mandíbulas.
“Este pez mece el apéndice hasta que un pez desprevenido nada hacia él creyendo que encontró algo de comer, pero rápidamente se da cuenta de que él es la cena”, informaron en un comunicado los investigadores de la Nova Southeastern University en Fort Lauderdale, Florida.
Se cree que el cebo tenebroso se desarrolló a partir de una aleta dorsal.
En donde el sol no brilla
La apariencia no importa cuando vives en donde el sol nunca brilla, pero hay otras cosas que sí importan.
Los investigadores atraparon tres especímenes de la nueva especie en el norte del Golfo de México, a profundidades de entre 1,000 y 1,500 metros, en lo que se conoce como zona batial o zona de la medianoche debido a la oscuridad absoluta.
Allí no crecen plantas y la supervivencia de las criaturas que viven allí depende de los desechos que caen hasta ellos, conocidos como nieve marina. La lucha por la comida es feroz y requiere estrategias innovadoras, como esa caña de pescar natural.
Usualmente, la única luz que hay en la zona de la medianoche es la que producen algunos peces bioluminiscentes, es decir, que brillan en la oscuridad.
A esas profundidades, la presión del agua es asombrosa: 150 atmósferas. Para que se den una idea, en la superficie terrestre los humanos vivimos a una presión de alrededor de una atmósfera.
Para Tracey Sutton, experta de la universidad en vida marina abisal, esos hallazgos le recuerdan a lo mucho que aún hay por descubrir en los vastos océanos del mundo.
“Cada vez que salimos a una excursión de búsqueda a grandes profundidades hay muchas probabilidades de que veamos algo que nunca se ha visto, la vida a estas profundidades es realmente asombrosa”, dijo.
Una apariencia nueva y extraña
Sutton y el investigador Theodore Pietsch describieron a la nueva especie de pez lophiiforme en un estudio que se publicó en la revista Copeia, dedicada a las investigaciones sobre peces, anfibios y reptiles.
Es bastante diferente a los peces lophiiformes que se han descubierto y que suelen ser corpulentos y redondeados.
El equipo capturó a tres hembras de la nueva especie; todas medían menos de 10 centímetros de largo. Es raro encontrar peces lophiiformes machos ya que suelen ser mucho más pequeños que las hembras y se meten a mordidas en el costado de las hembras, en donde viven como parásitos.
Al principio parecen bultos en el cuerpo de la hembra.
Esta simbiosis es el medio de reproducción de muchos peces lophiiformes. El cuerpo del macho se degenera y se transforma en un órgano reproductor adherido, listo para fertilizar cuando sea el momento adecuado.
Ben Brumfield, CNN