Con un poco de paciencia e imaginación no resulta tan difícil conseguir que se tomen las pastillas de gato. Aquí pongo varios métodos que podemos emplear y la verdad es que todos dan muy buen resultado.
Mezclar la pastilla a tu gato con comida: (todo un clásico) muy usado tanto con perros como con gatos, todo son ventajas, muy cómodo para nosotros y para el gato. No hay que molestar al animal, mezclamos la pastilla entera o pulverizada con su comida favorita y se la damos. El problema es que algunos gatos son muy sensibles a los sabores extraños y rechazarán la porción de comida que contiene la pastilla, por mucho que la mezclemos se apañarán para detectarla.
Introducir la pastilla en la boca: Si nuestro gato rechaza tomar la pastilla mezclada con alimento podemos recurrir a este método, es el que suelen usar los veterinarios.
Sujetamos al gato por la piel del cuello para que no mueva la cabeza y le ponemosla pastilla en la boca, todo lo dentro que podamos. La mayoría se la tragarán, pero algunos extrañarán el sabor y empezarán a babear para tratar de expulsarla, para evitarlo podemos meterle un poco de su comida favorita en la boca o darles un poco de agua con una jeringuilla sin aguja, así la tragarán con más facilidad.
En la pata mezclada con malta: si a tu gato no le gusta mucho que lo manipulen, a lo mejor no te sirve el método anterior, entonces lo que puedes hacer es mezclar la pastilla (pulverizada) con un poco de malta o leche condensada y untarlo en su patita, los gatos no soportan sentirse sucios y empezarán inmediatamente a lamer la malta y junto a ella tragarán la pastilla.
Siempre ayuda elegir bien el momento, es mejor cuando el gato esté relajado y tranquilo, con eso y un poco de práctica y paciencia darle la medicación al gato no tiene porque ser una lucha.
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