Vamos a valorar varios, de lo que suele ser más importante a lo que menos, aunque varía de unas personas a otras. Elige tu propia lista
1.- Precio:
Aunque no debería ser el primer punto, hoy en día es importante cuidar el bolsillo. Comparar precios entre los veterinarios cercanos será un buen punto de partida. Antes de tu visita a un veterinario, sondea por los precios (cuidado a veces no te los darán por teléfono, es normal). ¿En qué deberías fijarte? Te recomiendo comparar precios de: consulta general y revisión, vacunas y esterilización. Estos cuatro precios podrán darte una buena valoración de los precios de los veterinarios de tu zona, para poder comparar y elegir. Pero cuidado, deberás valorar el precio junto con los demás puntos que vamos a ver, para hacer una relación de precio/calidad y elegir el mejor (y no el más caro o el más barato).
2.- Trato a los animales:
Todos queremos que traten a nuestras mascotas como uno mismo las trata, queremos que las traten con respeto (¡a nosotros también claro!), con cariño y tengan un manejo adecuado para cada especie (desgraciadamente he visto veterinarios que trataban a los gatos igual que a los perros, o no hacían distinción entre un hamster y un jerbo), según la edad y condición.
3.- Profesionalidad, comunicación y confianza:
La profesionalidad mide la forma de trabajar de un veterinario: siempre baraja todas las opciones, hace pruebas para eliminar posibilidades, sabe lo que hace, consulta con expertos y te explica los procedimientos para que los entiendas y puedas elegir. Las pruebas que sean capaces de hacer y explicarte, y sobretodo explicarte por qué lo hacen (¡antes de hacerlas!) y que te den la opción de elegir si las van a hacer o no (recuerda que tú pagas todo lo que hagan), te dará una visión global de la profesionalidad de ese veterinario, o si por el contrario trabaja solo para sacar dinero. Recuerda que cuando tu perro está enfermo, siempre hay opciones que tomar, el veterinario debe explicártelas y puede recomendarte qué hacer y en qué orden. Debe explicártelo para que seas tú quien decida.
Añadiré en este punto, que en veterinaria existen ya muchas especialidades (dermatología, neurología, traumatología, etc.), un veterinario que no duda (si tu perro lo necesita) en enviarte a un especialista (que él no tiene en su clínica) a mí me da la confianza y seguridad de que estoy en buenas manos.
tro punto a mirar es la higiene del propio personal: fijaos que usen uniforme (pantalón y casaca, evitad aquellos que aún usan sólo una bata, no es nada higiénica ¡llevan la ropa de la calle debajo!), que éste esté medianamente limpio. En caso de los cirujanos o personal que asista en las operaciones, deben llevar todo el equipo puesto (gorro, guantes, mascarilla y bata protectora, de esas verdes o azules por encima de su uniforme).
Y la comunicación: para mí es un punto clave que un veterinario sepa explicar a un cliente qué hace, qué le pasa a su perro (y si no lo sabe aún, que lo diga también), de forma que el cliente lo entienda. Usar muchos tecnicismos para mí no es una forma de parecer más profesional, sino más prepotente. Busca siempre un veterinario claro y sincero y dispuesto a aclararte todas tus dudas.
Si un veterinario te trasmite confianza, haz caso de tu instinto, normalmente no fallarás. Si por el trato recibido te trasmite desconfianza, cambia de veterinario ¡estás en tu derecho!
4.- Horarios y Urgencias:
Tener un veterinario con amplio horario o mejor aún, con servicio de urgencias, puede salvarle la vida a tu mascota en caso de que te surgiera un imprevisto grave. Si además el servicio de urgencias lo tienen en la propia clínica mejor (muchos tienen servicio a través de teléfono, lo cual está bien, pero obviamente no es tan rápido en caso de una urgencia muy apremiante).
5.- Instalaciones:
Un hospital o clínica veterinaria suele constar de una o dos consultas (más si es un hospital), recepción y sala de espera, a veces tienda, y en ocasiones jaulas para ingresos. Las consultas y las herramientas de trabajo deben estar limpias y ordenadas, que a simple vista no te agobie la consulta o te resulte incómoda. Las jaulas de ingresos (hospitalización) deben estar limpias y estar en buenas condiciones (por ejemplo, que los cierres no estén deteriorados), con los animales vigilados y atendidos, limpios y bien situados (cada animal en una jaula apta para su tamaño y condición y con una temperatura adecuada).
Además tanto clínicas como hospitales disponen normalmente de un quirófano. Si tienes ocasión de verlo fíjate que esté despejado, limpio y bien iluminado.
El olor no debería preocuparte: a veces si se tienen hospitalizados (o en consulta) animales con ciertas enfermedades, su olor puede resultar desagradable, pero ¡poco se puede hacer en ese momento!
6.- Cercanía:
Encuentra un veterinario por tu zona, calcula poder llegar andando en un radio de hasta unos 15 minutos. Imagina que debes llevar a tu perro (o mascota) y no dispones de coche ¡agradecerás tenerlo cerca!
Pero cuidado, mejor un buen veterinario algo más lejos, que un veterinario cercano que no sabe ni tratar un resfriado
7.- Otras mascotas:
En mi caso personal, necesito que el veterinario que atiende a mis mascotas (perros o gatos) también tenga servicio de animales exóticos, ya que soy poseedora de un par de clanes de jerbos. Así que al igual que un veterinario con servicio de exóticos es un plus para mí, también lo será para ti si tienes conejos, hamsters, aves, etc.
Y tú, ¿a qué le das prioridad?
Si tienes dudas, puedo ayudarte soy ATV y he visto “desde dentro” varias clínicas y hospitales ¡deja tu pregunta en un comentario y te responderé lo mejor que pueda!