Si tu mascota es un gato y tiene la costumbre de morder a su familia o a extraños, sigue leyendo, en este post te vamos a describir los diferentes casos y además te vamos a decir qué hacer.
¿Por qué muerde tu gato?
Aunque morder es una conducta instintiva en los gatos, el hecho de que una mascota tenga el hábito de morder siempre tiene un motivo y de acuerdo a este se establecerán los correctivos, veamos:Un gato rescatado. Los gatos callejeros están expuestos a peligros, muchas veces deben competir por los alimentos que encuentran y en algunas oportunidades se ven atacados por gatos más fuertes o más agresivos. Esto hace que el gato tenga una conducta defensiva todo el tiempo. Cuando un gato callejero es rescatado, es posible que tenga algunas conductas como la de morder, que pueden provenir de su experiencia en la calle. En estos casos, es aconsejable consultar con un etólogo que diseñe una estrategia para corregir esa conducta.
Una experiencia traumática. Es posible que el gato haya vivido alguna experiencia negativa como un ataque de algún animal o cualquier otra situación que lo haya hecho condicionarse y morder en determinadas circunstancias. En este caso el veterinario dictará algunas pautas y si no resultan, se deberá consultar con el etólogo.
Falta de socialización. Si el gato no fue expuesto a tratar con extraños u otros animales a una edad temprana, es posible que se estrese cuando se encuentre en presencia de ellos y muerda. Esto se soluciona con entrenamiento.
Destete temprano. La gata mamá y los hermanos de camada son muy importantes para el aprendizaje y socialización de los gatos. La madre es la principal fuente de entrenamiento para no morder, ya que cuando el gato la muerde durante la lactancia, la gata se retira y lo deja sin comer, esto lo enseña a no morderla. Así mismo, sus hermanos dejan de jugar con él si es demasiado brusco, así aprende que siendo agresivo se queda solo. Es por eso que los gatos separados muy temprano de sus madres, a veces presentan conductas como: morder, brusquedad y otras similares. Esta conducta se corrige con entrenamiento.
Enseñarle a morder. Sin querer, podemos alentar el comportamiento de morder. Por ejemplo, cuando está cachorro, todavía lactando, puede ser divertido dejarlo morder las manos de quien juega con él, ya que no lo hace con fuerza y nos parece gracioso. También puede ocurrir que cuando el gato quiere estar solo nos muerde para que lo dejemos en paz y, en efecto, lo dejamos en paz, por lo que aprende que morder es válido para cuando no quiere contacto. En este caso también se corrige esta conducta con entrenamiento.
Cómo entrenar a un gato para que no muerda
El entrenamiento para acabar con el hábito de morder, cuando no se trata de un trauma si no de una mala costumbre, es sencillo, solo hay que tener mucha paciencia porque puede tomar tiempo. Veamos algunas pautas:Cualquier entrenamiento será más efectivo y logrará resultados más rápido mientras más joven sea el gato, así que no lo postergues, empieza lo antes posible.
Cuando juegues con un gato, cachorro o adulto, nunca le ofrezcas las manos. Llama su atención con algún juguete vistoso, que sea largo, de manera que no tenga oportunidad de alcanzar las manos con su boca.
Cuando estés jugando con el gato y este te muerda, grita exageradamente e interrumpe el juego inmediatamente.
Una manera de entrenarlo es buscar la oportunidad de que lo haga, cuando muerda gritas e interrumpes el juego, cuando no lo haga lo premias con una golosina.
Cuando juegues con el gato nunca le enseñes los dientes y hagas un sonido imitador de los que los gatos hacen cuando van a atacar. A las personas puede parecerle gracioso, pero el gato se siente genuinamente atacado con ese juego y puede morder para defenderse.
Otro movimiento que debe evitarse es acercarse al gato agachado y de frente a su cara, él lo considera intimidante y puede ser que salte para atacar. La manera de acercarse al gato es de costado y con un movimiento natural, al estar cerca de él esperar su reacción para evaluar si quiere el contacto.
Si el gato está alejado y no estás seguro si quiere ser tocado, prueba primero a llamarlo, si no acude, estimúlalo con un juguete o comida, si claramente no quiere contacto, debes respetarlo. Algunos gatos son más sociables que otros o tienen momentos en los que quieren privacidad. Lo importante es que no le des la oportunidad de morderte, ya que se puede convertir en un hábito.
Nunca intentes tocar al gato cuando esté comiendo, bebiendo o en su caja de arena. Es importante respetarle su espacio y sus momentos de vulnerabilidad.
También es importante no agarrarlo con brusquedad, no pegarle y no ser agresivo con ellos. Tratar mal a las mascotas no está bien y, además, los enseña a ser agresivos para defenderse.
Ofrecerle juguetes que puedan morder es una excelente idea para que drenen su instinto. Esto es especialmente importante cuando están cachorros. También se le deben ofrecer rascadores para que arañen todo lo que quieran.
Un juego que les encanta y que les hace practicar sus habilidades de caza, sin morder a su amo, es tomar un juguete vistoso, apto para gatos, y atarle una cuerda. Arrastrar el juguete de manera que el busque perseguirlo, no dejarlo que lo atrape hasta que haya hecho algunos intentos, finalmente dejarlo que lo tome para que no se frustre.
Otra manera de que haga ejercicio saludable y libre de mordeduras es lanzarle una pelota con un cascabel. El sonido del cascabel lo estimula y el movimiento de la pelota imita a las presas que le gustaría cazar. Lo más importante es lograr una saludable interacción entre el gato y sus amos, libre de mordiscos y agresiones.