Perder a una mascota es perder a alguien de tu familia y te embarga un dolor inimaginable, que nadie que no lo haya sentido comprenderá.
Escuchar al veterinario decir "hemos recibido la biopsia y lo que tiene X es un tipo de cáncer" es una frase que tengo que oír muchas veces a lo largo de mi semana, desgraciadamente, y cada humano lo asimila de una forma o de otra. Pero todas y cada una de las personas a las que les han dicho "debemos ir pensando que el final está cerca, está sufriendo y no vamos a poder mejorar su estado", todas han reaccionado igual. Su mundo se hunde, lo ves en sus ojos. Algunos se llenan de lágrimas, otros no pueden hablar y otros, simplemente, se tiran a abrazar a su mascota.
La esperanza de vida de un perro varía dependiendo de su tamaño, entre los 8 y los 17 años. Cuando se hacen mayores tenemos que plantearnos muchas cosas y una de ellas es, si llegara el momento, ¿firmaré la eutanasia? Mi respuesta personal es sí, y la profesional, también. Aunque jamás nos oiréis decir "haz esto" o "haz eso", prácticamente todos os recomendaríamos eso, si sufre, hazlo.
Eutanasia significa buena muerte. Y es verdad. He visto perros morir de forma natural inesperadamente y es horrible, para ellos y para nosotros. La eutanasia ofrece lo contrario, es cierto que se quedan dormidos. Se introduce una dosis de pentobarbital sódico de forma intravenosa y en menos de un minuto, ya está. Todo se acabó.
No, nosotros tampoco nos acostumbramos a esto. Cada pérdida nos duele, casi como propia. Aunque no nos veáis llorar, muchas veces al irnos de la consulta, tenemos que salir un rato.
Para ellos, es más sencillo, como dormir. Si están con sus humanos. No lo voy a negar, es increíblemente doloroso mirarle a los ojos, que te devuelva la mirada y saber que nunca más volverás a verle. Pero creedme, es peor ver como se lo llevan, aún con vida, para dormirle en otro lugar. Dejarle solo en ese momento, rodeado de gente extraña, con los nervios y el estrés que eso supone... ¿se merece eso? ¿no es mejor que nosotros lo pasemos un poco mal para hacérselo más fácil? Que sepa que estamos ahí, que no hay nada que temer. Cada vez que veo que una familia pide no verlo, me siento en la obligación de estar ahí con él, acariciándole y sujetándole durante el proceso, dándole un poco de tranquilidad aunque por dentro me esté rompiendo.
Ármate de valor, llora lo que necesites, nadie te va a decir nada. Pero, por favor, no le dejes solo.
¿Qué cómo sabrás cuándo ha llegado el momento? La mirada. He oído durante muchos años esa expresión, "la mirada". Afortunadamente nunca he tenido que dormir a uno de mis animales, salvo a Tommy, mi hámster, pero fue todo demasiado rápido e inesperado.
He visto la forma de mirar a su humano, de un perro que aceptaba el momento. Y jamás olvidaré cómo me miró Skippy, mi conejo, la noche antes de morir. Lo sabes. No se puede explicar ni medir, pero lo sabes. Cuando llegue el momento lo sabrás, él o ella te lo dirá. Te mirará. Es difícil no notarlo.
Valora su calidad de vida, puede tener cáncer pero con quimioterapia superarlo o conseguir que no metastatice y mantener una gran vida. Puede que tenga 17 años y ya no sea capaz de mantenerse en pie. Habla con tu veterinario y valorarlo conjuntamente. Si la respuesta es que tiene y tendrá una buena vida durante X tiempo, perfecto. Si la respuesta es negativa, no alargues el sufrimiento. Ellos viven menos por una razón, ¿sabes cuál es?, léelo aquí.
Recuerda lo que dijo Lord Byron, cuando perdió a Boatswain:
Cerca de este lugar reposan los restos de un ser
que poseyó la belleza sin la vanidad,
la fuerza sin la insolencia,
el valor sin la ferocidad,
y todas las virtudes del hombre sin sus vicios.