¿Me acompañas en las siguientes líneas y te cuento?
Quiero hacer un prólogo para decirte que hay frases que han hecho mucho daño a lo largo del tiempo, y que en mi opinión están malentendidas. Algunas de ellas, son:
Hay que tratarles como a perros, no como a niños.
Si le das demasiado cariño, te echará mucho de menos y se hará un perro dependiente de ti.
Para enseñarle quién manda no hay que darle cariño.
La tercera frase, no la comento, y si tienes dudas del por qué te invito a leer más artículos del blog
«Hay que tratarles como a perros, no como a niños» es totalmente cierta… pero bien entendida. Nada tiene que ver con el cariño esta frase, sino con las necesidades que tiene un perro y un niño, que son diferentes, pero ojo, también similares. Y el cariño es algo inherente a los perros. No debemos quitarle cariño, e hilando con la segunda frase, «demasiado cariño» no existe. Todo el amor y el cariño que puedas dar a cualquiera de tus animales, bienvenido es. Otra cosa es que no seamos contingentes con los refuerzos que le damos, o que no tenga normas, pero son cosas diferentes a «no darle cariño».
Quitar cariño cuando se porta mal
No voy a descubrir nada si digo que todos nos enfadamos con nuestros perros. El ser humano no deja de ser un conglomerado de emociones más o menos intensas y que con frecuencia se deja llevar por estas, más allá del uso de la razón.Es por ello que no podemos evitar la emoción negativa al estar dando un paseo con nuestra perra y ver cómo ingiere una tremenda caca de vaca en medio de un campo. Y sin embargo, la razón nos diría que es posible que hayamos pecado de confiados o de poco precavidos cuando la hemos dejado suelta alegremente por un lugar para el que no estaba preparada para reaccionar como la pedíamos.
Y cuando tenemos esa maldita sensación de enfado con nuestra perra, decidimos ignorarla, o en el peor de los casos, regañarla; y en cualquier caso solemos tener la necesidad de mostrarla que haga lo que haga, nuestro cariño no está disponible para ella.
Así que, ¿que demos cariño a nuestro perro está condicionado con su comportamiento? ¿Significa que si se porta siempre mal, nunca tendrá nuestro amor? Y… ¿sería justo que si el perro supiera que se portal «mal» porque nosotros no hemos tenido las habilidades suficientes como para ayudarle a gestionar, nos retirara todo su cariño por no haber estado a la altura?
El cariño nunca puede ser una moneda de cambio, y mucho menos un sustitutivo de nuestra responsabilidad como educadores.
El cariño debe estar siempre disponible, y si no hemos sabido educar para que ocurran las cosas que esperamos, entonces tendremos que saber controlar nuestras emociones con nuestros animales.
El cariño, incondicional
Debería estar fuera de debate negociar con el cariño, con las caricias, con las buenas palabras.De hecho, si fuéramos conscientes, aunque simplemente fuera por pura observación, de la pequeña cantidad de tiempo que es necesaria para demostrar malestar o enfado, de la rapidez con la que nuestros perros pueden entender ese estado de ánimo, y del incremento de confianza que genera que seamos capaces de continuar inmediatamente con nuestra vida sin mantenernos enfrascados en nuestra propia negatividad, la gran mayoría de modificaciones de conducta con las que tenemos que ayudar a nuestros clientes encontrarían una solución con un porcentaje altísimo.
Pero más allá de esto, el amor a nuestros animales debe saltar todas las barreras, y debemos darlo y hacerlo entender sin restricciones: «te quiero a pesar de todo, pero juntas vamos a mejorar nuestra convivencia«.
Sentir seguridad y estima por encima de todo
Cuando un perro se siente aceptado y querido, no tiene que estar llamando nuestra atención, buscando el cariño que no encuentra. Si se siente querido por encima de todo, sabrá que los fallos se solucionan y que no son un drama. Le resultará mucho más sencillo prestar atención a nuestraseindicaciones en un ambiente de confianza, diversión y felicidad la atención y el aprendizaje alcanzan sus cotas más altas.No deja de ser tu responsabilidad, ni un solo minuto de la vida de tu compi, velar por su bienestar. Y me pregunto por dónde empieza el bienestar si no es precisamente por sentirse amado y valorado.
Por eso, hazte una lista con los cientos de refuerzos qué son válidos para poder educar y modificar los comportamientos de tu perro, y olvídate de negarle el cariño cuando las cosas se tuercen. No es justo para tu compi, pero tampoco es justo para la visión que quieres que tenga de ti.