Después de mucho meditar, he tomado la decisión de contarles una parte de la historia que ha permanecido en secreto por mucho tiempo. Siempre he valorado muchísimo mi intimidad y he definido muy claramente qué estoy dispuesta a decir y que no. Estoy consciente de que esta decisión marca un nuevo límite que estoy dispuesta a dar y la historia inicia con Zuri.
Ya les he contado cómo Mina se deprimió cuando cambiaron ciertas reglas en el condominio e incluso llegó a ponerse agresiva conmigo. Un martes hace tres años al despertar le dije a Joaquín que había estado investigando y que en varios sitios me recomendaban adoptar un segundo gato para que tuviera compañía de su misma especie.
La parte que no les conté fue cómo ese día Joaquín, aparte de decirme que fuéramos inmediatamente por un gato bebé a la veterinaria, también me propuso que también empezáramos a buscar por un bebé para nosotros. Me llenó de emoción la idea, y a pesar de decirlo con miedo, no dude en un SI! No me sentía preparada al 100%, pero esa es una sensación que nunca se tiene ante algo nuevo.
Decidimos que no íbamos a contarle de nuestros planes a nadie, porque esperaríamos a tener la noticia oficial de estar esperando ese hijo. Sin embargo esa mañana, llenos de optimismo, jamás pensamos que tendríamos que esperar casi tres años para poder dar la noticia, con un sin fin acontecimientos y emociones encontradas de por medio.
En este momento ya no nos importa lo que haya pasado. El tiempo parece haber desaparecido porque al final hemos recibido nuestra esperada bendición. Mientras les escribo esto, Lorenzo se mueve en mi vientre, en medio de un embarazo avanzado y completamente sano tanto para él como para mí. Además si analizo que en este proceso hemos tenido la compañía de Zuri, llenando nuestra vida de felicidad veo que a pesar de haber sido muy difícil no fue insoportable.
El proceso de espera fue muy intenso y largo, por lo que no podría resumirlo en un solo artículo. Así que durante este mes estaré compartiendo los detalles y enseñanzas más importantes del proceso. Hemos tenido un desenlace feliz de esta etapa y por eso quiero contar mi historia de esperanza, para todas aquellas personas que puedan estar pasando por algo similar. Es importante saber que no estamos solas en el proceso, no somos las únicas.
Un abrazo.