Cuando una persona adopta un perro sabe que también adopta una serie de responsabilidades, lo que pasa que muchas veces esas responsabilidades pasan desapercibidas en algunos propietarios. ¿A qué me refiero? Pues a que vivimos en una sociedad en la que tenemos que regirnos por una serie de normas, mi preferida la siguiente: mi libertad termina donde empiezan los derechos de los demás, o lo que es lo mismo, tener respeto por el resto del mundo, le gusten o no le gusten los perros.
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Esto lo digo porque a mí que me encantan los perros, sin embargo, me imagino cómo se debe sentir la gente a la que no le gustan y muchos propietarios no ayudan tampoco a que es poco cariño vaya a más. Estas son las principales irresponsabilidades que cometen muchos dueños durante el paseo con su perro:
Pasear con su perro sin correa. Ya puede ser el perro más educado del mundo, pero un perro sin correa es un peligro, tanto para él, como para los demás. Para él porque puede ser atropellado, envenenado o robado. Para otras personas porque puede salir disparado tras un gato o una perra en celo y llevarse con la excitación a una persona por delante. Llevar el perro suelto, además, está multado en muchas ciudades.
No recoger las cacas del perro. Es una de las cosas que más rabia me da. Con lo poco que cuesta y es la principal causa de que los perros sean tan odiados por gente que no tiene perros. Es una irresponsabilidad muy grande y que lleva a multas importantes de dinero. Estamos hablando de un atentado contra la salud pública.
Dejar que el perro salude a todo el mundo. Si tienes un perro muy sociable que saluda a todo el mundo e incluso salta sobre las personas… pon freno. Hay gente a la que no le gustan nada los perros, y menos sentirse acosados por estos. Así que educa a tu perro a saludar de forma correcta. Y con los perros, pasa lo mismo. Hay perros muy poco sociales que pueden reaccionar de forma agresiva ante la efusividad de tu perro. Vigila esto.
Utilizar una correa extensible al libre albedrío. Cuanta gente he visto que pasea con una correa extensible y se va llevando por delante a gente. El perdón no es suficiente. Controla el paseo tú, que no lo controle tu perro.
Vigila el levantamiento de pata de tu perro. No permitas que tu perro vaya orinando cada tres pasos. Intenta que haga sus necesidades en un parque canino o en un descampado, pero evita que riegue cada esquina que cruce. El olor a orina llega a ser insoportable.
Dejar al perro atado fuera del supermercado. Me encuentro diariamente con perros atados fuera de los supermercados. Algunos tranquilos, otros histéricos, pero esta acción es peligrosa. Porque puede soltarse y que pasen mil cosas y ninguna buena, o que sea robado… luego vienen las lamentaciones.
Si todos los que tenemos perros cumpliéramos realmente con la responsabilidad de su tenencia, seguramente los perros tendrían aún más adeptos si cabe. Nuestros perros son ejemplos de nuestras acciones, así que eduquémonos para educar.
Sandra Ferrer.
Creadora del Programa de Educación Canino “Cómo Educar a un Cachorro”