Acuario: Colocar una tapa para evitar que el gato caiga dentro.
Tina de baño: Nunca dejar al gato sin vigilancia en el cuarto de baño con la tina llena.
Balcón: Evitar que salga o colocar red protectora.
Sustancias químicas: Mantenerlas guardadas bajo llave o al menos perfectamente tapadas.
Instalación eléctrica: Cubrir los enchufes con protectores.
Estufa: Nunca dejar al gato que entre a la cocina cuando se prepara la comida.
Piezas pequeñas: Fuera de su alcance ya que al jugar se las pueden tragar.
Medicamentos: Siempre bajo llave.
Botes de basura: Siempre cerrados con su tapa.
Chimenea: Colocar rejilla protectora.
Velas: Apagarlas si el gato se encontrará solo.
Bolsas de plástico: Fuera de su alcance, el gato puede enredarse en ellas y asfixiarse.
Objetos punzo-cortantes: Alzar tijeras, navajas, alfileres, etc., después de su uso.
Puertas: Colocar cuñas para evitar que el gato sea machucado.
Lavadora: Revisar cuidadosamente que el gato no se introdujo antes de encenderla.
Plantas: Retirar las plantas venenosas para ellos.
Como te habrás dado cuenta, con un gato debes tener prácticamente los mismos cuidados que con un niño.