Disfrutando la caricia
Por esta razón, los gatos (incluso los ancianos) siguen pidiendo atención maternal a sus "propietarios", arrimándose a ellos y alzando la mirada durante mucho tiempo, aguardando a que la mano seudo maternal comience a actuar, como si se tratase de nuevo de una lengua gigante, alisándoles y suavizándoles el pelo. Un hecho corporal muy característico que llevan a cabo cuando les acarician, mientras saludan a sus madres, es la rígida erección de su cola. Esto es algo típico de los gatitos al recibir la atención de sus madres auténticas.
A diferencia de un "estudio" realizado hace algún tiempo, donde se aseguraba que a la mayoría de los gatos no les gustan que los acaricien, los que somos #CatLover sabemos muy bien que es todo lo contrario, nuestros mininos aman que los acariciemos (eso sí, cuando están de humor).