Los perros son parte de nuestra vida. Cariñosos y amigables los perros desarrollan ciertos comportamientos durante la convivencia con sus familias. Una de las actitudes más habituales es ladrar cuando tocan al timbre y aunque en principio puede parecer una forma de actuar inofensiva, a la larga puede llegar a ocasionar un problema de convivencia.
Si quieres saber cómo hacer que tu perro no ladre con el timbre no te pierdas el siguiente artículo, donde aprenderás ciertas técnicas para conseguir que tu perro gestione ese comportamiento.
Por qué mi perro ladra cuando llaman al timbre
Siempre se ha dicho que lo hacen porque una de las principales características de los perros es que son animales territoriales, poseen un instinto de protección de su entorno único y es precisamente ese instinto natural el responsable de que ladre cuando llega alguien.Sin embargo, si bien es cierto que los perros protegen a su familia y que ese instinto podría convertirse en un ladrido incansable cuando el timbre suena. Por lo general, suelen ladrar porque en un primer momento se asustaron con el sonido y, tras un acto reflejo, se fijó el comportamiento al ver lo que ocurría una vez que sonaba el timbre: llegaba gente que me hacía sentir diversas emociones a casa.
La gente piensa que cuando tu perro ladra cuando llaman al timbre lo hace para alertarte, para que la llegada de esa persona no te sorprenda y que estés preparada para cualquier cosa ¡Nos atacan!
Pero no, los perros no están tan alerta y preocupados porque invadan su territorio como pensamos. Llevan años de socialización con el ser humano, y eso también les ha hecho ver el mundo de una forma distinta. Además, si tras varias repeticiones lo que viene siempre es positivo ¿por qué iban a tener que alertarnos?
Mi perro ladra al oír el timbre, sí, pero debes saber que es un comportamiento totalmente normal, siempre y cuando esa emoción no se vincule con altas tasas de estrés que lleven al perro a realizar una inadecuada gestión del ambiente. No es lo mismo un perro que ladra sorprendido y emocionado en un primer momento, a otro que emite un ladrido constante y extenuante desde que comienza a sonar el timbre y hasta que se abre la puerta de casa. En este último caso estamos hablando de altas tasas de estrés y ansiedad, y será necesario poner solución al respecto.
Por otro lado, el ladrido es algo que ha sido parte de conflictos en los vecindarios, especialmente si el perro ladra de forma excesiva y compulsiva cuando el timbre suena pero, antes de abordar las posibles soluciones para este inconveniente, resulta adecuado que conozcas qué lleva a tu perro a actuar de esa manera.
En principio, el timbre es un estímulo considerado neutro que no debe provocar ningún tipo de reacción en el perro. Pero cuando el timbre suena, y dependiendo de la sensibilidad auditiva y emocional del animal, es probable que este se sobresalte.
Unido a este punto, aparecen personas que detonarán una emoción positiva o negativa en nuestro perro. De esta forma, el perro acaba asociando un estímulo neutro con su llegada, pasando el timbre a considerarse como un estímulo condicionado al que el perro da una respuesta condicionada, ladrando.
Mi perro ladra cuando oye gente en el rellano, ¿puedo enseñarle a no hacerlo?
Mi perro ladra con el timbre o mi perro ladra cuando viene alguien son algunas de las frases más habituales que repiten las personas que tienen un perro que se altera suena el timbre.Comportamiento que puede derivar a que también ladre cuando escuche a gente en el rellano.
Pero no queremos corregir ese comportamiento, no queremos obligar a nuestro perro a modificar su conducta, en la educación canina empática, lo que queremos es enseñarle cómo debe gestionar su entorno.
Para ello, es necesario trabajar usando el estímulo que provoca esa acción, es decir, el propio timbre.Puede resultarte útil pedirle a alguien que te ayude a realizar algunos de los ejercicios ¿cómo? Continúa leyendo para descubrirlo.
El objetivo de este ejercicio de contracondicionamiento es conseguir que el timbre vuelva a convertirse en un estímulo neutro, es decir, en algo que no ocasione un desajuste emocional en el perro, evitando que entre en un bucle de ladridos incesantes.
Para ello, puedes pedir a una persona que se situé fuera de tu casa. Cuando tú se lo indiques esa persona que se ha prestado a ayudarte debe tocar el timbre. Puedes utilizar el teléfono móvil para coordinar los toques del timbre y hacer el ejercicio mucho más efectivo.
Al principio, el toque del timbre debe ser muy suave y corto, ofreciéndole al perro premios alimenticios de forma continuada o un momento de juego o de masajes desde un poquito antes y hasta momentos después de que haya sonado el timbre. Todo dependerá del individuo con el que nos encontremos.
Por otro lado, no debe subir nadie al hogar tras el sonido del timbre. De esta forma, progresivamente, el perro dejará de asociar ese sonido con la llegada de una nueva persona.
Como es normal, cuando empieces a realizar este ejercicio y el timbre suene repetidas veces tu perro se alertará e incluso ladrará, pero poco a poco irá disminuyendo la intensidad. Es importante que si lo hace no le regañemos, ya que con ello solo estaremos aumentando su estrés. Debes repetir esta acción de tocar el timbre sin que nadie entre durante varias semanas, las necesarias para que el perro deje de ladrar de forma incesante cuando suene y puedas ir rebajando las pautas del ejercicio.
Cada día debes repetir este ejercicio, te ayudará crear una libreta consciente en la que apuntarás todas las veces que se ha hecho sonar el timbre y las reacciones de tu compañero canino. Cuando el perro no ladre ninguna de las veces que se toque el timbre y, si es necesario, podemos trabajar la llegada de visitas.
Es un proceso sencillo que puede llevar más o menos tiempo en función de la inteligencia emocional del perro, de su sensibilidad auditiva y del tiempo que lleve con esa conducta de ladrar al timbre aprendida.
Recuerda que lo más importante es no regañar y reforzar el comportamiento adecuado del perro cuando no ladre al oír el timbre.
Algunos problemas que pueden aparecer cuando se trata de educar de esta forma a un perro
Pese a que el proceso es sencillo es posible que surjan algunos problemas o inconvenientes.Por ejemplo, es posible que el perro no deje de ladrar cuando oye el timbre. La solución en este caso es sencilla, es necesario que hagas más repeticiones e incluso que busques un refuerzo o una actividad que sea más motivante. También será necesario que analices por completo su bienestar y trates aquellos posibles miedos o situaciones que dificultan su gestión emocional en su día a día. De esta forma, tu perro se encontrará más tranquilo y receptivo.
Otro momento que puede resultar incómodo para tu perro es el momento de las visitas, especialmente si no se sienten cómodos con ellas. Muchas personas piensan que lo hacen para llamar la atención, pero realmente suele ser porque sienten miedo o porque presentan altos niveles de ansiedad.
Dicho esto, será muy importante leer la comunicación de tu perro y permitirle mantenerse en una distancia adecuada que no le reporte inseguridad. Es necesario identificar las inseguridades de nuestros perros y trabajarlas.
Con la paciencia adecuada puedes conseguir que tu perro no ladre de forma descontrolada cuando alguien llame a tu puerta, lo que le ayudará a gestionar mejor el ambiente, sentirse más feliz y evitar el malestar en la convivencia con tu vecindario.
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