La fruta en la dieta canina
Como bien sabes, la fruta es una excelente golosina natural que disfrutamos demasiado poco tanto los humanos como nuestros amigos los animales. Las prisas, la falta de tiempo y el desconocimiento hacen que desaprovechemos la oportunidad de premiar a nuestro peludo con un alimento excelente y mucho más palatino que cualquier alimento comercial.
Y es que los perros pueden comer muchas de las frutas que consumimos los humanos: manzana, pera, kiwi, naranja, sandía, arándanos y, por supuesto, las protagonistas del artículo de hoy: las pequeñas y jugosas moras silvestres que adornan las zarzas y los caminos rurales del final del verano.
¿Qué tienen las moras para ser ese súper alimento recomendable para el peludo de la familia?
Toma nota:
100 gramos de moras solo tienen 39 calorías. El puñadito de moras que se comerá tu perro tendrá una aportación calórica prácticamente inapreciable que le vendrá estupendamente si está siguiendo una dieta de adelgazamiento.
Los frutos rojos como las moras silvestres son “bombitas” de antioxidantes que combaten los radicales libres responsables del proceso de envejecimiento canino y humano.
Las moras tienen un montón de vitaminas A, C, B6, B12, K, E… También son ricas en potasio, magnesio, calcio, fósforo…
La fibra está muy presente en cada pequeña mora que disfrutará tu peludo, una fibra alimentaria que le ayudará a mantener en plena forma su aparato digestivo.
Las moras tienen cero colesterol y, además, contienen “pteroestilbeno”, una sustancia que producen las plantas para combatir infecciones y que en el caso de los perros y humanos también ayuda a regular los niveles de glucosa en sangre, a prevenir el colesterol y el exceso de peso, etc.
¿Quieres más información sobre los beneficios nutricionales de las moras? Pulsa aquí para descargar un interesante folleto informativo publicado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación del Gobierno de España.
Moras y perros, algunas precauciones
En esta vida, la clave del éxito de casi todo está en la moderación y en la sensatez. Aplicado al caso “moras y perros” esta máxima se traduce en adoptar las siguientes precauciones básicas:
La cantidad de moras que puede comer tu peludo depende de su tamaño, peso y estado de salud general y digestivo. Dos o tres moras están bien para un perrillo pequeño; un perro mediano o grande puede tomar entre 6 y 8, pero es mejor guardar el resto de moras en la cesta para usarlas como premio en vuestra próxima salida de socialización.
Si las vais a comer en ese mismo momento, evita coger moras de las zarzas situadas en caminos de tierra muy transitados o de las que están dentro de sembrados o huertos privados. Las moras que crecen muy cerca del tránsito de coches, personas y otros perros corren el riesgo de estar llenas de polvo, tierra, contaminación, pis de marcaje de los peludos, etc. Las moras de los sembrados y fincas pueden haber sido sulfatadas o tratadas con productos químicos nada recomendables ni para ti ni para tu compañero canino.
Parece una perogrullada, pero recuerda que las moras crecen en zarzas con pinchos. Si tu perro es muy goloso, tragón o nervioso, es mejor que tú cojas las moras y se las des al perrete. Así evitarás pinchazos, rasgones o, peor todavía, que ingiera espinas en vez de moras y tengáis que acabar la tarde en un centro de urgencias veterinarias.
Ahora ya tienes más datos sobre las moras, esas golosinas naturales que encantan a perros y humanos y que, además, nos animan a salir de casa y disfrutar de la naturaleza con nuestro compañero peludo. ¿Te apuntas a la próxima excursión?