Tomado de Europa Press.es
Es la historia de Biso, un minino que vivió gracias a la ayuda y la generosidad de un anciano que le alimentaba por un pequeño hueco que había en la pared.
La noticia se ha difundido a raíz de que El Cairo Post la publicara en su medio online y ha despertado el interés de muchos por conocer más sobre la historia de ambos protagonistas.
Biso, en la intrépida edad de descubrir el mundo, se introdujo en un minúsculo hueco en la pared de la estación Mohamed Naguib, del metro de El Cairo, pero nunca más consiguió salir.
Abdo es un anciano que trabaja en una tienda cercana a la estación y, desde que se dio cuenta de los apuros en que se había metido el minino, ha estado alimentándolo y dándole de beber gracias al mismo agujero por el que Biso se metió.
Así se forjó esta curiosa historia de amistad entre humano y animal en el que el primero no se saltó ni uno solo de los días de estos 5 años para salir a alimentar al segundo. Una caso que llegó a oídos de una organización de defensa animal de la ciudad, a través de una fotografía en la que la cola de un gato se balanceaba a través de las paredes del metro.
La red social de Facebook sirvió para congregar a un grupo de personas preocupadas por el estado del gato para intentar rescatarlo, pero la única manera era rompiendo el muro que los separaba. Algo prohibido por considerarse daño a la propiedad pública.
Una usuaria de Facebook llamada Mounira Shenata fue una de las varias personas que denunciaron a comisaría el caso y, tras varias denuncias en los pocos días, finalmente, las autoridades accedieron a romper la pared para sacar al animal de su terrible y "atroz" cárcel de 15 centímetros de ancho por 4 metros de largo, según palabras de Shehata.
Ahora Biso vaga en libertad por las calles de El Cairo, tras escaparse a toda velocidad después del rescate.