Este moloso nativo de Brasil es reconocido en su tierra y en el mundo como un perro de gran coraje y lealtad a su amo. Es un ideal compañero de trabajo en las tareas del campo y en la caza, en tareas de guardia y vigilancia o como perro policía.
Origen
Su origen se remonta a la época de la colonia, cuando los portugueses traían con ellos Mastines Ingleses, Bulldogs y Bloodhounds; formándose la raza en la fusión de esas sangres.
Primeramente fueron usados para la contención de esclavos en las plantaciones y para la captura de esclavos fugitivos, a los que rastreaba fácilmente gracias a su excelente olfato, devolviéndolos vivos a los guardianes. Hoy presta un óptimo servicio como custodio de bienes y mantiene sólo la formación de rebaños; cualquier animal desobediente es llamado al orden con un enérgico mordisco.
Características generales
Este tipo de raza no puede sentirse cómodo en un apartamento o piso de la ciudad. Está hecho para vivir la vida rural, o por lo menos en un lugar con espacio abierto para así ejercer libremente su vigor físico, donde su robustez no sufra limitaciones. Está dotado de un aspecto que infunde temor, sin embargo el Fila tiene un carácter dócil y devoto al amo. Es desconfiado en presencia de extraños y no admite la menor familiaridad. Es un guardián incomparable.
Los colores y las formas que adoptan esos colores entrelazándose son muy varíadas: De colores uniformes (negros, amarillos, dorados y rojos son los más comunes); moteados, como si estuvieran salpicados de manchas, con fondo de color uniforme; atigrados con rayas de tonos variados (pueden ser oscuras o claras, desde tonos grisáceos o negros hasta luminosos como el rojo y el amarillo); el pecho, la punta de la cola o sus pies pueden albergar preciosas marcas blancas. Algunos ejemplares cuentan con una máscara negra.
Miden de 60 a 70 cm las hembras, y los machos de 65 a 75 cm. Pesan alrededor de 50 Kg mínimo los machos, y 40 las hembras.
El pelaje de este imponente perro es denso, corto, bien estirado sobre el cuerpo y muy suave. La piel de estos ejemplares es gruesa y suelta, en la zona del tronco y cuello principalmente, contando con grandes y entrañables papadas. Debido a esta piel suelta se le forman pliegues habitualmente, por ejemplo detrás de las orejas, cuando está alerta.
Se caracteriza por su paso felino: largo y estirado. Tiene una peculiar manera de desplazarse ya que mueve simultáneamente las dos extremidades del mismo lado, y a continuación las del otro, a la par lo que se conoce como ‘’paso de camello’’. Esto hace que se contoneé de una manera muy simpática. El trote es elegante y suelto, gracias a sus largas zancadas, que también le hacen correr a gran velocidad para un ejemplar tan contundente.
Es buen guardián, leal, de carácter dócil y tiende a agredir a los extraños.