Cada vez es más común ver a un roedor formando parte de un hogar. Éste es el caso del degú, un ratón semejante a la chinchilla o al jerbo. La mayoría de los nutrientes los adquiere de una alimentación pobre pero equilibrada, por lo que muchos expertos aseguran que puede sobrevivir perfectamente sin líquido; únicamente con el agua que adquiere de su dieta diaria.
Los especialistas aseguran que el degú tiene multitud de características pertenecientes a otros roedores como la ardilla, de la que adquirió la forma de la cabeza, o el conejillo de Indias, cuyas orejas son de similares características. Si lo comparamos con el jerbo, observaremos que su rabo se presenta del mismo modo, es decir, cubierto de pelo, siendo éste más abundante conforme llega al final.
Origen latinoamericano
Este animal de compañía procede de América del Sur, pudiéndolo encontrar en Perú, en el centro de Chile, incluso a 2 500 metros de altitud en la parte andina. Hasta hace unos años, se había convertido en el objetivo principal de los investigadores científicos, que lo utilizaba para realizan con él experimentos de laboratorio. Estos roedores fueron importados a Estados Unidos para estudiar la diabetes y de ahí comenzó su descendencia y expansión por el contienente europeo, asentándose en Francia y en España.
El patrimonio genético de los degús europeos proviene de los americanos, cuya consecuencia ha sido la herencia de algunas enfermedades procedentes de dichas pruebas que se han realizado en su organismo, tales como desequilibrios orgánicos, diabetes o propensión a infecciones bucales.
Diferenciarlo de otros roedores
Aunque se trata de un animal que posee rasgos físicos similares a los de otros de su especie, el degú muestra una cola más larga de lo normal pero, además, se caracteriza por tener las orejas muy grandes y el morro muy corto. Su cuerpo presenta una forma redondeada, en comparación con la de su cabeza que es más bien alargada. A diferencia de la chinchilla o la cobaya, tiene un pelaje muy corto, aunque no termina en el cuerpo, sino que se extiende también a su rabo, presentando un mechón abundante al final del mismo. Se aconseja no cogerle por esta zona, porque se pueden desprender de ella con facilidad, sobre todo si se siente amenazado.
El color que le caracteriza el es marrón claro, llegando a ser amarillento en el dorso, y aclarándose en la zona ventral hasta mostrarse blanca. Por otro lado, la mandíbula de este roedor es determinante para que se entretenga royendo diversos productos. El degú es muy afortunado en su disposición dental, ya que los dos dientes centrales situados en la parte bucal superior y el correspondiente en la inferior crecen durante todo su periodo de vida, por lo que nunca temerá perderlos.
Pequeño pero pesado
A pesar de ser un animal de pequeñas dimensiones, en el ámbito de los roedores estamos hablando de un ser de gran tamaño. Su cola es más corta que su cuerpo, midiendo hasta 118 milímetros, mientras que el resto de su anatomía alcanza los 180 mm. en los más pequeños, siendo las medidas máximas registradas de 320 milímetros de largo, incluyendo el rabo.
En cuanto al peso de este roedor señalar que, oscila entre 92 y 250 gr. El máximo sólo se ha registrado en casos extremos, diagnosticando al mismo tiempo problemas de obesidad, debido a los trastornos en el organismo que se han derivado de su anterior denominación como "ratón de laboratorio". Esta circunstancia provoca que la alimentación sea muy estricta y limitada, siendo de ahí de donde él mismo aprovechará todos los nutrientes.
Una alimentación muy sana
Los problemas digestivos son muy comunes en el degú, por lo que se recomienda que no realice ningún exceso al respecto, porque se puede convertir en un ratón diabético. Aún así, muchos expertos aseguran que la variedad puede ser una constante en su alimentación sin que se produzcan inconvenientes o consecuencias secundarias. Se aconseja darle una vez al mes nueces o pasas, productos que agradecerá no sólo por su sabor, sino también por el beneficio que le aportarán.
El alimento adecuado para que se mantenga en perfecto estado es el granulado para degús, aunque se puede combinar con el apto para chinchillas o cobayas, porque contiene menos azúcares y grasas. Además, es preciso procurarle heno y alfalfa para completar su dieta, además de utilizarlos como material para cobijarse. Conviene eliminar de su comida la fruta por su alto contenido en azúcar, pero aportarle pan duro para fortalecer sus dientes.
Un buen cuidado para una salud delicada
Para que un degú disfrute de muchos años de vida tiene que tener unos cuidados exhaustivos. Mucha gente que adquiere este tipo de animales tiende a cepillarlos, algo que no es conveniente en esta variedad debido a su corto pelaje. Por otro lado, no soporta el agua, así que no se recomienda bañarle. Una alternativa para cuando esté sucio es aplicarle jabón suave para bebés y secarle rápidamente cuando se haya aclarado el cuerpo, debido a que es propenso a resfriados. Esta situación se suele dar en muy pocas ocasiones, ya que los degús son muy limpios y suelen acicalar entre ellos.
Colócale una bandeja con arena para chinchillas para que juegue en ese lugar y que, al mismo tiempo, le ayude a mantener un pelo suave y brillante. Procura que este recipiente sea pesado para que no lo vuelque. No olvides proporcionarle elementos que le faciliten el buen estado de sus dientes y otros que le sirvan como lugar de escondite, pero que no puedan ocasionarle ningún peligro.
Aunque el degú es un roedor que cada vez está más extendido como animal de compañía, es preciso informarse antes de adquirir uno de los cuidados que requiere y de las posibles enfermedades que puede llegar a adquirir para saber cómo aplacarlas. De esta forma, disfrutaremos de un ratón que es capaz de resistir hasta ocho años en cautividad.
Imágenes: Peter aka anemoneprojectors, Little Boffin (PeterEdin), Takashi(aes256), stanhua, lightinacube / Flickr.