Tengo la ilusión puesta en 2015 de poder saborear cada instante como me han enseñado mis perras a hacerlo, sin pensar en el mañana, ni siquiera en el después; de contagiarme aún más de su afán de superación con cada ejercicio nuevo, como una oportunidad de demostrarse que son capaces, y que todo esfuerzo conlleva una gran recompensa.
Muchas son las cosas que me enseñan mis pequeñas, principalmente, y muchos otros perretes a lo largo de las semanas y los meses que me regalan ellos o sus cuidadores humanos para aprender un poco más cada día. Y con esas ganas y esa ilusión me gustaría pasar este año 2015, que estamos a punto de comenzar.
Os deseo de corazón que podáis sentir como yo la maravilla de vivir alguna de estas experiencias, y que 2015 os depare un año lleno de mucho juego, cariño y buen entrenamiento con vuestros perros.