Mientras en en el Palacio de las Convenciones se realizaba un flamante Congreso internacional de las Ciencias veterinarias de Cuba, por la ciudad de La Habana un carro recorría las avenidas y las calles agarrando cuanto perro desorientado encuentre en su camino para llevarlo a sacrificar, es Zoonosis, que en vista de que dentro de poco vendrá una no menos flamante visita de unos reyes españoles se dedica a limpiar la ciudad no les parece demasiado desproporcionada la situación? Parafraseando la broma, pues la cuestión da para llorar, estamos de sobra mirando una estrepitosa apariencia, pues esas recogidas no pueden servir para ningún tipo de limpieza a la usanza aria, como aquel quien dijera, esto está infestado de judíos y hay que limpiar, pero el caso es que se trata de perros y aunque en el Congreso se dispongan unos cuantos delegados a debatir sobre Bienestar Animal nada de eso ocurre afuera, y nuestra fauna animal, entiéndanse caballos, perros, gatos, aves en general sufren abandono, torturas, trabajos forzados, envenenamientosmasivos, y un millar de crueldades más que solo el ser humano es capaz de poner en práctica e imaginar. Por lo que los activistas por los derechos de los animales están molestos y las Redes Sociales están de luto. Se están llevando a los infelices callejeros hacia los centros de muerte, cual holocaustos de antaño, sin humo, pero con la misma frialdad de los verdugos, cuando pudiera haber otros métodos de controlar la desidia. ¿Qué podemos hacer, como no sea escribir estas líneas en el homenaje a los protectores que han acudido a ese lugar de horror a protestar y a tratar de salvar algunos perros? Llegue a ellos el dolor y la impotencia con que escribo estas líneas. Mi opinión es que la solución no está en recogidas, ni vetando refugios o prohibiendo marchas, la solución estaría en detener la superpoblación colaborando, entre otras cosas, con esterilizaciones masivas, promociones favorables en medios de comunicación y promulgando leyes que castiguen tanto el abandono, las torturas, el comercio, el negocio de las peleas, el maltrato con los animales de tracción, y esto solo es la punta de iceberg para empezar a pensar verdaderamente en mi país.
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