Hay muchísimas formas para hacer la comida más atractiva, pero hoy, os cuento cómo conseguía que mi perra Neska, mala comedora desde cachorrita, tuviera apetito en sus últimos días. ¡Allá vamos!
Cachorra que no quiere comer
Neska me ha hecho pasar muy malos ratos cuando era una renacuaja aún, porque no comía cuando debía. En fin, otros tiempos en los que aún no estaba familiarizada con la profesión de educadora canina.Podía pasar días sin comer, por más que yo la forzara a engullir la comida. Si a mi afán le sumas su carisma y personalidad, el resultante es una disputa continua con todo tipo de consejos de parque para que no muriera de hambre…
Así que, siempre delgadita y con energía para dar y tomar, Neska era muy selectiva con lo que se llevaba a la boca.
Pasión por el juego y el adiestramiento
Si bien la comida no era su mayor pasión, sí lo era jugar y jugar y volver a jugar, por lo que el entrenamiento, divertido y siempre como un juego, era algo apetecible en todo momento. ¡Siempre había espacio y ánimo para unos trucos o nuevas habilidades!Podíamos pasar horas entrenando, corriendo, escondiéndonos, practicando agility, creando, investigando… Una maravilla para cualquier adiestradora.
Esto facilitó en extremo comer con ganas, con frecuencia no a sus horas de comida y en el cuenco, sino como refuerzo por haber conseguido el ejercicio que se pedía. Nunca gustó de comer (bueno, en rachas debido a su enfermedad, sí), pero deboraba con gusto, con el tiempo y el entrenamiento, si era por un muy bien hecho y como parte del juego de adiestrar y ser adiestrada.
Una buena combinación para la vejez
Aguantó como una campeona durante toda su enfermedad, causada por un tumor cerebral. Pero si algo la hacía moverse, caminar, salir de la camita, o comer, era precisamente proponerle juegos de entrenamiento. Tan maravilloso como conmovedor.Así que os traigo en este artículo un vídeo que grabé a una semana de fallecer (el 29 de mayo, y el vídeo se grabó el día 22 de mayo). En él se puede ver cómo no le interesa la comida. Posiblemente tenía dolores, aunque no lo mostrase (parte de la personalidad de Neska). Sin embargo, en cuanto le propongo juego, ella no duda en reforzarse por el entrenamiento.
Espero que lo disfrutéis como yo lo hice, y os emocionéis un poquito, si cabe, como yo lo hago al ver a mi pequeña en sus últimos momentos.
Siempre en mi corazón.
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