El invierno con temperaturas especialmente suaves ha adelantado la aparición de los parques y jardines de la procesionaria del pino , una oruga peligrosa especialmente para perros y gatos.
La procesionaria se llama así porque las orugas al caer del nido van en fila, luego se entierran en el suelo para hacer su capullo y transformarse en mariposa.
Los perros son más susceptibles de sufrir enfermedad por contacto con esta oruga peligrosa porque los gatos suelen ser más desconfiados y no tocan cualquier cosa. (aun así también hay que protegerlos)
A diferencia de los humanos, en el perro la alteración suele provocarse en lengua o en los labios, no en la piel. Suele haber una reacción inflamatoria muy potente que causa inflamación intensa, lo urticante son los pelos de la oruga peligrosa. También puede haber lesiones en la nariz o en los ojos si el animal aspira pelos o algún pelo llega a tocar estructuras oculares.
Lo síntomas son una inflamación de lengua y labios, el animal se toca, intenta tragar, puede vomitar incluso, hipersalivación, nerviosismo, jadeo. Pueden comenzar a aparecer las primeras lesiones, que suelen ser de tipo ulceroso
¿Qué hacer? Ir al veterinario urgentemente, para que le ponga un tratamiento. Mientras tanto, se puede lavar la boca del animal con agua caliente, para eliminar los pelos que puedan quedar, ya que el calor ayuda a desactivar la toxina.
La toxina es muy potente y si el animal no se trata a tiempo, pueden quedar lesiones irreversibles en la boca del animal. Puede dar lugar a una necrosis o destrucción de tejido en poco tiempo.
También, si la oruga es tragada, el animal puede morir por un shock anafiláctico.
¿Qué evitar? Paseos por zonas de pinos, donde la oruga hace los nidos, contacto con orugas o con nidos caídos al suelo en esta temporada.
Recordad llevar a vuestra mascota controlada si salimos de paseo por ese tipo de zonas.