El miedo nos ayuda a sobrevivir. No hay mejor mecanismo de defensa que el miedo: es la emoción que predispone a la huida ante posibles amenazas. Por eso tener miedo es, en principio, natural. Perros y gatos pueden presentar un miedo irracional a ruidos fuertes somo truenos, sirenas o petardos. El problema surge cuando, ante un estímulo que no debería suponer una amenaza, el animal reacciona con una respuesta emocional excesiva: es en este punto el miedo se convierte en fobia.
¿POR QUÉ MIEDO A LOS PETARDOS?
El miedo a los ruidos fuertes puede tener su causa en:
Factores genéticos, como la timidez, que pueden predisponer a nuestro perro a sentir miedo ante determinados estímulos.
Mala socialización. Muchas fobias del perro adulto tienen su origen en una deficiente socialización del cachorro.
Intervención del dueño. Si ante un sonido fuerte reaccionamos actuando con nerviosismo, podríamos transmitir ese estado emocional negativo a nuestra mascota… y con ello influir en su estado de pánico. Por otro lado, si ante su respuesta de miedo tratamos de calmarlo con caricias o palabras tranquilizadoras, lo que podríamos estar haciendo en realidad es fijar esa respuesta de miedo.
¿PUEDE TRATARSE EL MIEDO A LOS PETARDOS?
En el mundo real los estímulos se presentan de manera aleatoria: los truenos suenan sin aviso; los petardos estallan por sorpresa. Esa aleatoriedad impide que el perro pueda habituarse a esos estímulos.
Existen diferentes tratamientos para las fobias a los ruidos. Algunos de ellos serían:
Desensibilización sistémica – Exponer al sujeto al estímulo en intensidades bajas que no lleguen a provocar la respuesta emocional de miedo. En este caso haríamos estallar los petardos a larga distancia, de manera que su sonido no desencadenara la respuesta de miedo en nuestro perro. Poco a poco iríamos acercando ese estímulo, siempre que nuestro perro pudiera gestionarlo sin experimentar miedo.
Desviar la atención – Con estímulos de intensidad baja podemos tratar de desviar la atención del perro a un estimulo positivo con mucho valor para él. Un ejemplo sería ofrecer al perro un plato de comida para que comiese mientras los petardos suenan a lo lejos.
Inundación de estímulos: – Exponer al sujeto al estímulo hasta que esa respuesta emocional de miedo desaparezca. Esta opción puede resultar agresiva para el animal; según el criterio del profesional debería utilizarse únicamente como última opción. En este caso lanzaríamos petardos hasta que el perro no mostrara miedo.
Dar soluciones: – Para los casos en que se desencadene la respuesta emocional, podemos enseñar a nuestro perro a huir hacia nosotros. De esta forma evitaremos que pueda lastimarse o sufrir un atropello…
QUÉ NO HACER SI NUESTRO PERRO TIENE MIEDO A LOS RUIDOS:
Nunca regañaremos al perro por tener miedo. Los estados emocionales no pueden castigarse.
No le acariciaremos ni le tranquilizaremos con palabras. El guía deberá permanecer neutro.
No bajaremos la guardia, mantendremos siempre la precaución: si nuestro perro tiene miedo a los petardos y estamos en una situación en que ese ruido puede aparecer (por ejemplo esta semana en Valencia), sacaremos a nuestro perro bien atado para evitar huidas descontroladas que pudieran poner en peligro su seguridad.
¿TIENE TU PERRO MIEDO A LOS PETARDOS O A CUALQUIER OTRO SONIDO? PODEMOS AYUDARTE A SOLUCIONARLO. HACER EQUIPO ES SUPERAR PROBLEMAS JUNTOS.
El equipo de DOS adiestramiento.
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