El origen de la mala fama del gato negro
Hay muchas leyendas e historias que apuntan a la mala suerte asociada al gato negro. Hay que remontarse mucho tiempo atrás en la historia para encontrar el origen de ese prejuicio tan arraigado en la sociedad. Los primeros en empezar a echar leña al fuego del pobre gato negro, fueron los celtas que decían que los gatos eran amigos de las brujas solo por que sus ojos destacaban mucho sobre su pelaje negro y brillante.
En Francia y Gales también se conoce otro mito negativo al respecto de la imagen del gato negro, la leyenda del enorme Chat Palug, una peculiar historia de un gato que aterrorizaba a los campesinos hasta que el Rey Arturo acabó con su vida.
Pero fue en la Edad Media cuando la mala suerte asociada al gato negro se cebó y con muchas ganas. Se pensaba que eran seres demoníacos, y el mero hecho de tener uno como mascota te convertía en una persona non grata y además, te podían juzgar por brujería. La quema de gatos negros en festividades religiosas se convirtió en una terrible práctica habitual para acabar con los malos presagios o mala suerte.
Siglos después esta superstición se trasladó a Salem, con los famosos juicios por brujería que se celebraron en la zona de Massachussets, entre los años 1692 y 1693. En esa época cualquier actividad extraña, o fuera de lo normal era considerada brujería. Los casos de las Brujas de Salem comenzaron como audiencias locales pero terminaron siendo juicios formales. Este acontecimiento histórico es un reflejo del peligro del extremismo religioso, y fue un caso lleno de acusaciones falsas, errores procesales, e intromisión del gobierno en la libertad del individuo. Hubo muchas detenciones, algunas muertes de personas en prisión, y todo sin tener pruebas veraces de nada. El caso es que la histeria religiosa se apoderó de Salem, estaba todo lleno de puritanos que no podían lidiar ni comprender que un grupo de mujeres vivieran de forma diferente y había que condenarlas por supuestamente adorar a Satán. Se pensaba además que las brujas se transformaban en gatos negros, para poder moverse con libertad por las calles, así que imaginaos el concepto que se tenía de los inocentes gatos negros.
Como vemos la ignorancia y los prejuicios son la base de todas las ideas negativas sobre el gato negro. Y el problema es que esta forma de pensar no ha desaparecido en el imaginario colectivo. Existen muchos refranes y dichos sobre él que significan augurios de mala suerte. Como por ejemplo si se te cruza un gato de derecha a izquierda es un mal presagio. En Francia, si pisas la cola de un gato negro es símbolo de mala suerte y si esto pasa antes de una boda es mejor que aplaces el evento un año. Hay personas que si se cruzan con un gato negro, lo esquivan o dan 3 vueltas para apartar el infortunio. Sea como sea, esa idea negativa impregna nuestra sociedad y lo lamentable es ver cómo afecta a la vida y al bienestar de los gatos negros. La única mala suerte es que un humano con prejuicios se cruce con un gato negro, porque ellos solo pueden darnos amor incondicional. Así que, ¿por qué no adoptas un gato negro y cambias su suerte?
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