¡Ay, mi perro ha comido arena de la playa! ¿Y ahora qué? Es normal que en algún momento de nuestras vacaciones en la playa, nuestros peludos amigos se pongan un poco locos y decidan que la arena es una buena fuente de nutrientes. Pero no te preocupes, aquí te daremos algunos consejos para que puedas manejar esta situación con una pizca de humor.
En primer lugar, es importante que sepas que la arena de playa no es peligrosa para los perros, pero si tu perro ha comido una cantidad significativa, es probable que tenga problemas gastrointestinales. Por eso, lo mejor es observar a tu perro de cerca y prestar atención a cualquier signo de malestar como vómitos o diarrea.
Si notas algún problema, lo mejor es acudir al veterinario para que te aconseje sobre los pasos a seguir. Y si todo está bien, no te preocupes, la arena pasará por el sistema digestivo de tu perro y saldrá en sus heces.
Ahora bien, para evitar que tu perro siga comiendo arena, puedes intentar distraerlo con algún juguete o golosina para perros. Otra opción es limitar su acceso a la arena y mantenerlo en una zona donde no haya tanta cantidad.
A los perros les encanta hacerse un rollito en la arena, puede que sin querer coman algo de arena, pero no debe preocuparte.
Si por alguna razón tu perro no puede resistirse a comer arena, puedes optar por cubrir la zona con una manta o toalla para evitar que tu peludo amigo siga comiendo.
En definitiva, aunque es normal preocuparse cuando nuestros perros comen algo que no deben, en este caso puedes respirar tranquilo. La arena no es peligrosa, aunque puede causar problemas gastrointestinales si se ingiere en grandes cantidades.
Así que si te encuentras en la situación de mi perro ha comido arena de la playa, tómatelo con humor y sigue estos consejos para asegurarte de que tu peludo amigo esté sano y salvo. Y recuerda, en la playa lo más importante es pasar un buen rato junto a tu mejor amigo de cuatro patas. ¡Disfruta del sol, la arena y el mar junto a él!