Las ventajas de adquirir una mascota son múltiples: ternura, cariño, compañía, amistad, etc. Su presencia en nuestro hogar convierte el espacio en un lugar alegre y acogedor. Además, estas virtudes se ven acrecentadas cuando la soledad llega a nuestra vida en la senectud. En estos momentos es cuando el hecho de contar con un amigo que nos transmita afecto se convierte en una necesidad básica.
En el caso de una persona de edad avanzada, la posible aparición de la temida melancolía, ya sea por la viudedad o por la imposibilidad de ser cuidados por su familia, puede hacerse más llevadera con una mascota en el hogar. Disfrutar a diario de un perro o un gato le ayudará a seguir adelante de una manera mucho más optimista y saludable.
Fructíferas investigaciones
Las investigaciones que se han llevado a cabo en el campo de las mascotas han sido muy fértiles. Un ejemplo de ello es el conjunto de estudios realizados por la Fundación Affinity, que ha conseguido grandes avances en los conocimientos sobre las ventajas que aporta una mascota a algunos sectores de la población como ancianos, discapacitados o presos.
Para la Fundación, una persona mayor puede beneficiarse de la compañía de los animales, siempre y cuando ésta tenga muy claro que no sólo lo desea, sino que también puede hacerlo. Desde el año 1992 financian los costes de la adopción a personas jubiladas y han costeado los estudios de la Universidad de Baleares y de la de Barcelona que confirman los beneficios de la tenencia de animales por los mayores.
Notables mejorías
La mayoría de las personas muestran una actitud positiva a través de su relación con una mascota. Las observaciones efectuadas hasta el momento demuestran que se pueden conseguir importantes mejoras en problemas de tipo psicológico y físico gracias al apoyo de un animal doméstico.Mayor movilidad, más amigos, menos medicinas y un aumento de la sensación de bienestar son algunos de los aspectos positivos que aportan a la gente mayor. El hecho de cuidar de un animal, manteniendo la cabeza ocupada, es otra gran virtud de nuestro amigo. Además, debemos pensar en lo agradable que puede ser para una persona que se ha quedado sola contar con un pequeño compañero en casa que le haga la vida más alegre y le haga olvidar sus penas.
Terapias con animales
Para la gente mayor, la convivencia con un animal puede transmitir mucha vitalidad; incluso llegan a vivir más tiempo y con mayor calidad. El hecho de tener la responsabilidad de dar de comer a su mascota, llevarlo al veterinario, cuidar su aspecto físico, etc. supone realizar más ejercicio y, por tanto, la consecuente mejora de su salud. Igualmente, acariciar al animal, sentir sus mimos y su necesidad de cuidados, son grandes puntos a favor del uso de animales en el tratamiento contra la depresión.
En algunos países se tienen animales en los hogares geriátricos como parte de la terapia con los mayores. Sin embargo, no debemos olvidar que este método no debe aplicarse aislado, sino que es complementario de los cuidados que el anciano necesita de los expertos médicos.
Grandes beneficios
Existen muchas razones por las que un anciano puede sentirse triste. En la mayoría de las ocasiones, perder a su pareja y tener que afrontar la vida en soledad, le impide sentirse satisfecho. Asimismo, la disminución de actividades por estar enfermo o por no sentirse arropado por su gente, pueden afligirle mucho, una situación que ha crecido más de lo que pensamos en los últimos años.
Sin embargo, existen medios para paliar este sentimiento. La mayoría de las personas no conoce las enormes excelencias que producen las mascotas sobre ellos mismos. Un perro o un gato son los mejores compañeros para cualquiera de nosotros, pero más aún cuando se llega a la tercera edad.
Entretenimiento, relajación y equilibrio emocional son algunos de los beneficios demostrados. Incluso, varias pesquisas han evidenciado que aumentan y mejoran la vida en enfermos cardíacos. Por tanto, nada mejor que un buen y leal amigo para combatir los pesares al llegar la vejez.