Tomado de Europa Press.es
Foto: FACEBOOK / ANIMAL EMERGENCY HOSPITAL
Russell, sobrevivió milagrosamente, fue rescatado de entre los escombros con quemaduras de tercer grado por todo su cuerpo y se convirtió en un paciente del Hospital de Urgencias Veterinarias de Raleigh, Carolina del Norte.
En esta clínica pasó los momentos más delicados de su vida, pues las magulladuras y quemaduras eran lo suficientemente graves como para temer por su salud. Milagrosamente, la suerte estuvo de su lado y el pequeño Russell consiguió dejar atrás su pasado.
Mientras luchaba por su vida, Russel desarrolló un comportamiento protector con otros animales que el propio personal de la clínica de urgencias veterinarias reconoce como inusual en este tipo de gatos, que suelen ser más solitarios e independientes.
La empatía que Russell sentía por los animales que acudían a la clínica y la necesidad de contacto le hicieron adoptar la profesión de enfermero. "Russell es increíblemente empático, quiere conocer a todos nuestros pacientes y solo quiere estar con ellos", contó Alan Wilford, uno de los empleados del hospital, The Dodo.
A pesar de que a Russell todavía le queda una larga recuperación por delante y que sus heridas le aquejen de dolor, este gato enfermero se siente muy a gusto como compañero de dolencias de todos y cada uno de los animales que entran a la clínica que tantos cuidados le ha dado.