Mis primeros perros fueron alimentados con sobras. Yo, por entonces, era pequeña, de la alimentación de mis perros se encargaban mis padres y había un desconocimiento brutal tanto del cuidado como de la educación de los perros. ¡Hasta el veterinario estaba convencido de que las sobras eran una buena forma de alimentar a los perros! Con los años, empezaron a bombardearnos por la televisión con las increíbles propiedades del alimento seco (pienso o bolitas) o húmedo (paté), así que tras varias malas experiencias (una perforación de esófago de Jürgen con un hueso de cordero, la parálisis temporal de las patas de Petardo y casi la muerte por ahogamiento de Nit), decidí cambiar al alimento seco, además era más cómodo, porque no siempre sobraba comida y tenías que estar cocinando arroz o pollo, además y lo más fundamental: no quería pasar por más sustos con la salud de mis peludos.
Así que con el alimento seco ya no tuve más sustos, sin embargo, había señales que ignoraba totalmente y que con el estudio e investigación empecé a traducir y a ponerle remedio. En resumidas cuentas, la conclusión a la que llegué es que no es lo mismo alimentar que nutrir. Puedes alimentarte pero no estar nutridos, y esas carencias nutricionales inciden en tu salud, y en el caso de nuestros peludos, pasa exactamente lo mismo.
¿Cuáles son las señales que debes advertir en tu perro y que podrían ser claros síntomas de que tu perro no está bien nutrido?
- Picor, dermatitis o alergias. ¡No te imaginas la de pruebas veterinarias por las que pasó mi perro! No había forma humana de quitarle ese continuo picor. Pruebas de sarna, de herpes, de alergias, análisis de sangre… Bueno, al final le recetaron un pienso para perros alérgicos a ciertas proteínas… y no hubo manera. El picor se redujo, pero seguía rascándose. Entonces, me di cuenta que quizás el problema no era tanto la intolerancia a ciertas proteínas sino el contenido de los ingredientes de ese alimento. Sin decir nada al veterinario, empecé a analizar el contenido de las diferentes marcas de alimento y compré un pienso natural, carísimo, eso sí, pero tenía que hacer la prueba. Y el resultado fue asombroso: el picor desapareció por completo, ya no sufría dermatitis, desapareció la caspa, el pelo empezó a brillar más, a caerse menos y se volvió más suave al tacto.
- Gases. Hay razas de perros que sufren más gases que otras razas. Esto es así. Las razas braquicéfalas como el Pug, el Pequinés, el Bulldog o el Bóxer tienen más dificultades para respirar e inspiran más aire comiendo que otra cosa. Sin embargo, no hay que confundirse. Porque hay gases y gases. Una alimentación de calidad en cualquier raza de perros reduce los gases notoriamente, y lo más importante, cuando hay gases éstos no son tan insoportables, a veces, ni se huelen.
- Heces blandas o heces demasiado duras. El vaivén de texturas en las heces de tu perro (una vez blandas, otra vez muy duras) no es para nada bueno. Para cuidar el tránsito intestinal de nuestro peludo es importante que ayudemos regulando su sistema digestivo y esto se consigue aportándole comida de calidad.
- Pelo sin brillo, seco y con pérdida importante de cantidad. No es el champú que utilizas para bañar a tu perro. Es que la salud interna se ve reflejada externamente, y si tu perro tiene el pelo estropajoso es porque por dentro tampoco es que esté muy suave la cosa.
- Apatía, falta de energía y constantes visitas veterinarias. Está claro que un perro que no tiene los nutrientes necesarios tiene más recaídas, se pone enfermo más a menudo, etc.
Estas son las señales más visibles para comprobar si tu perro está bien nutrido, porque ante la falta de nutrientes el efecto tanto a corto como a largo plazo es notable.
¿Sabías que la mayoría de ingredientes que componen el alimento seco o paté están hechos con subproductos animales? Los subproductos animales no es más que los sobrantes de animales que ya han sido aprovechados para otro consumo: pezuñas, cartílagos, huesos, etc. y poca chicha que digo yo.
¿Sabías que la mayoría de alimentos fabricados para perros están cargados de conservantes, colorantes y aromas artificiales? Todo ello ha repercutido en un aumento escandaloso de casos de cáncer en perros durante las últimas décadas.
¿Sabías que la mayoría de alimentos fabricados para perros no cumplen con los requisitos nutricionales que necesita un perro? Como animal carnívoro, el perro necesita alimentarse de proteína animal mínimo en un 80% de su dieta diaria. Sin embargo, la mayoría de marcas introducen cereales (que no necesitan), hidratos de carbono, etc. y un ridículo aporte de proteína.
Por tanto, si observas algunas de estas señales que te he comentado en tu perro, no dudes en plantearte un cambio en la dieta alimenticia. Recuerda que para realizar el cambio, debes hacerlo gradualmente, mezclando la comida de ahora con la nueva para que no haya problemas de irritación estomacal. Los resultados en la mejora de la salud física y emocional de tu peludo no solo podrás observarlos a corto plazo, sino y sobre todo, en una mejora de la calidad y esperanza de vida de tu perro.
Y ya sabes: tienes más información sobre la nutrición canina y sobre el análisis de las diferentes marcas de alimentos (ordenados de peor a mejor calidad) en la “Guía nutricional del cachorro“.
Sandra Ferrer. Creadora del Programa de Educación Canino "Cómo Educar a un Cachorro"
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