Tuvo Sevilla en el siglo XVIII ,hacia fines del año 1763,comienzo de 1764 y aunque parezca mentira un Hospital de Perros, no de los que andan a dos patas, que son muchos hoy por desgracia,los cuales eran atendidos con el mayor esmero que puedan pensar y estaba costeado por el cabildo municipal. Todo comenzó por una enfermedad de la la raza canina de la población ,una enfermedad algo extraña y con mucha virulencia,la cual atacaba a los perros y en dos días o tres días estaban muertos.
Al princípio no llamó mucho la atención,pero en Abril y a principios de Mayo,se recrudeció la cosa y no había mañanas que no estuvieran llenas de perros de todas las razas,los cuales habían muerto en horas nocturnas. Se preocuparon bastante las autoridades locales temiendo que aquella epidemia fuese contagiosa para la ciudad, acudiendo el Asistente Don Ramón Larrumbe a la Sociedad de Medicina * el 26 de Mayo para que esta interviniera en el asunto y examinando a los perros atacados informase del riesgo que pudieran ofrecer a la salud pública.
En la foto podemos ver la antígua estación de Cádiz.
Una comisión del Cabildo organizó lo necesario para auxiliar a los médicos. Mientras éstos dictaminaban, el Ayuntamiento se encargó de a enterrar a los perros en un lugar de extramuros,que podríamos situar ahora, sin riesgo de grave error, en los terrenos del Prado de San Sebastián que ocupan en la actualidad la Estación de Cádiz ( también llamada Estación de San Bernardo, la cual,desde 1857 ocupó los terrenos del norte) y edificios próximos.
Esta zona, aparte de haber sido un “Quemadero” de la Inquisición, justo en el lugar donde hoy
está el monumento al Cid, en la avenida de su mismo nombre, también fue lugar de enterramiento
colectivo en tiempos de epidemias (como la peste de 1649 y o la fiebre amarilla de 1801), cuando no daban abasto los pequeños cementerios parroquiales de intramuros.
La Real (o regia...) Sociedad de Medicina, que había tenido su origen hacia 1697 y cuyos estatutos fueron aprobados por el rey en 1700, estaba entonces establecida en la calle de Levíes (cerca de la calle de San Bartolomé ) y allí, en habitaciones convenientes que dispusieron al efecto, acordó la Sociedad trasladar á los canes enfermos, formando el hospital perruno.
Dice D.Justino Matute en sus Anales, que los animales estaban allí muy cuidadosamente asistidos y que se "separaban en los diversos departamentos, según el grado que advertían en su enfermedad", osea, fueron clasificados en gravísimos, graves y menos graves. Les consignaron también para cuidarlos a seis enfermeros que los asistían cuidadosamente,prosiguiendo en tanto con afán, los doctores sus estudios para dar con el padecimiento y los medios de combatirlo. Preciso es confesar que hubo el mayor acierto, pues el plan de curación empleado dió unos resultados excelentes, de tal modo, que las defunciones perrunas comenzaron a disminuir con gran complacencia de los amos, que volvían a recuperar sanos y salvos a sus mastines, pechones, rateros, galgos y podencos, cuyas vidas habían visto en peligro.
La epidemia desapareció a finales de Julio y Agosto por completo, dictaminando los doctores que
el mal no había sido contagioso como se pensó y que fué un catarro maligno con ofensa a los
pulmones ( palabras de Matute ), ampliándose luego todo lo ocurrido y los carácteres de la enfermedad en el trabajo que más tarde insertó la Sociedad de Medicina, en el tomo VI de sus Memorias.
Quien quisiera saber más de esto, tendrá, que. tomarse la molestia de recurrir al tomo VI de las "Memorias" de la Real Sociedad de.Medicina, texto que lo explica todo con gran pormenor y naturalmente, con admirable calidad científica. En cuanto a los perros, no dudamos que también manifestarían, de algún modo, su reconocimiento en aquella, ocasión memorable. Nos acogemos al autor anónimo de la frase, "el perro agradecido vale más que el hombre ingrato", para demostrar que los animalitos saben corresponder con. su fidelidad a los beneficios que el hombre les dispensa.
Véase cómo los sevillanos de 1764 se mostraron humanitarios con la especie canina, hasta el punto
de darla un hospital. Especie tan maltratada luego, que en 1812 se ordenó por bando, que se matasen
sin contemplaciones cuantos perros vagasen por la ciudad y que aún siguen siendo víctimas de los laceros municipales, que los hacen blancos de tan crueles persecuciónes .
* Nota sobre la Real sociedad de Medicina de Sevilla :
La Real de Medicina de Sevilla tiene su origen en aquella Regia Sociedad creada en 1637. Durante las tres primeras décadas del siglo. XVIII alternó sus sesiones en los domicilios de sus socios, hasta que se asienta en la calle Levíes (1735-1767). El doctor Hermosilla pone de relieve la situación de ruina en la que se vió la institución en 1763 como consecuencia de la pérdida del "pleito de Valcárcel" que, según Antonio Hermosilla , "casi lleva a su desaparición".
El rey Carlos III ayudó a las asociaciones culturales, entre las ,que se encontraba la Regia Sociedad de Medicina, si la Regia Sociedad pudo salir adelante fué gracias a la intervención del Monarca,que la subvencionó con el "derecho a veinte toneladas" y cuarenta y cinco mil reales anuales. "De lo contrario, comenta el médico, habría desaparecido este precedente de Academia." No obstante, ese pleito obliga a la Regia Sociedad a vender su casa de la calle Levíes.
Gracias a Carlos III se les concede la casa de la calle Armas que había sido un antiguo colegio Jesuita de San Gregorio ( también llamado colegio de los ingleses. La calle Armas, actualmente es la calle Alfonso XII ), a partir de 1771 y que, con la expulsión de los mismos, se había quedado vacante y donde pudieron instalarse temporalmente hasta 1.932.
Hubo de adaptar el colegio a sus nuevas funciones y así, el refectorio fué transformado en biblioteca, las celdas en salas para secretaría, salón de actos, gabinetes, y el patio en un notable jardín botánico, con numerosos ejemplares traídos desde América y Oceanía.
La Iglesia no estaba incluida en la cesión, aunque de facto se usaba como si lo estuviera, pues era usada para las funciones religiosas de la Real Academia. Se reestrenó en 1.777, tras las obras necesarias y la adquisición del ajuar y ornamentos necesarios.
En la foto se puede ver la Escuela de Estudios Hispano-Americanos, la cual ocupa el antiguo solar del Colegio de los Ingleses.
Hoy en día, tras su derribo, sobre el antiguo colegio Jesuita, en su solar, se irguió la Escuela de Estudios Hispano-Americanos. La actual Iglesia de San Gregorio Magno era la antigua capilla del Colegio de los Ingleses y es lo único que queda del colegio.
CEMENTERIO CANINO EN LA FINCA VALPARAISO.
Sobre esta parte del articulo, ya hice una mención en este blog, pero desde otro punto de vista este es el enlace:
https://nefertari40spaceslivecomde.blogspot.com/2009/11/cementerio-de-animales-en-sevilla.html
En esta de ahora que me ocupa, lo mostraré de otro modo. La hacienda Valparaíso, está a setescientos metros, al sur de la población sevillana de San Juan de Aznalfarache (Aljarafe). Esta población es famosa porque en ella sitúa la tradición la escena del sofá entre doña Inés y don Juan Tenorio imaginada por Zorrilla, aunque desde principios de siglo XX, su popularidad se multiplicó por causas bien distintas: allí se encuentra el único cementerio para perros conocido por estas tierras.
"Meditación canina"
La gran sorpresa se la lleva el visitante despistado, cuando, subiendo el cerro por veredas flanqueadas de árboles y atravesando rotondas y rincones románticos, se encuentra, a la derecha de la vivienda, con la efigie de un perro esculpida sobre un pedestal, en el que se ha grabado esta meditación canina :
" Felices los que aquí estamos en torno a este pedestal, que viviendo bien o mal, al morir aquí
quedamos. Mas los hombres, nuestros amos, con incierto porvenir, en su segundo existir, viven con la muerte atenta... pues les ajustan las cuentas, al momento de morir".
El pensamiento en cuestión aparece rodeado de cipreses, chumberas y zarzas y abrazado por un banco de azulejos trianeros, como una glorieta fúnebre y melancólica. Porque la escultura preside una treintena de tumbas de otros tantos perros, a los que el cariño y el poder de sus amos no quisieron abandonar en la cuneta o el barranco. La más antigua que pudimos encontrar data de 1914, mientras que todas las recientes, más modestas, contienen restos de los perros que se les han ido muriendo en los últimos años a la familia que cuida la finca.
De modo que se ha perdido por completo la segura tradición de que las amistades más allegadas a los dueños de Valparaíso (los marqueses de Montana, en el momento en que se hizo este cementerio) diesen sepultura aquí a sus perros muertos. Pero han dejado su huella en forma de epitafios en prosa o en verso. Algunos, los menos, se limitan a reflejar el nombre del animal. Otros incluyen dedicatoria, con el relato sintetizado de sus gestas: " Gitana. Mató doscientas liebres el año 1924. En la Copa de La Ina quedó de los tres últimos (sic)"; "Tromba. En la Copa de La Ina, en 1917, quedó en tercer lugar. Medalla de oro en la Exposición Internacional Canina de Madrid. 1918". O recordando sus virtudes: "Brandy. Fué todo un caballero"; "Coquita. Gracias por tu bondad, inteligencia, fidelidad y cariño".
Ha habido quien ha querido inmortalizar el parentesco del difunto can (Ada, hija de Bólido y hermana de Regata) y quien ha señalado con el dedo al verdugo de los tiempos modernos (Nancy. Fué muerta por un Packard), subrayando, con nombres y apellidos, que su perro fué una víctima más de la carretera. También hubo quien protestó visceralmente, escribiendo como epitafio la terrible frase de Lord Byron: " Cuanto más conozco a los hombres, más quiero a los perros ". La misma filosofía del pesimismo que expresaba el último propietario de Valparaíso, cuando le visitaban, en multitud, sus parientes: " ¡No tienen ganas ni nada de que yo me muera!".
FUENTES:
Hospital perruno:
http://archive.org/stream/cosasnuevasyviej35905gut/pg35905.txt
http://criosidadesycofradias.blogspot.com.es/2015_01_22_archive.html
Cosas Nuevas Y Viejas (Apuntes Sevillanos). Escrito por Manuel Chaves.
http://www.fundacionfocus.com/export/sites/focus/resources/pdf/boletin-noticias/Num._7.pdf
Imágenes del derribo del Colegio. Cortesía de :
www.elpasadodesevilla.blogspot.com
http://leyendasdesevilla.blogspot.com/2017/09/la-presencia-jesuita-en-sevilla-parte.html
Cementerio perruno en finca Valparaiso :
http://elpais.com/diario/1980/08/20/sociedad/335570407_850215.html
* Este artículo del país,apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de agosto de 1980