La historia de Treya pone los pelos de punta y el corazón encogido. La valentía y al desesperación de Treya la llevó a morderse insistentemente su pata derecha para poder liberarse de la cadena a la que estuvo 5 años atada y que se le enganchó a su pata de forma accidental.
Treya es la historia de una perra abandonada y solitaria que vivía en un sótano de una casa. Desde que asesinaron a su propietario y ella se quedara sola, solo recibía la visita de los vecinos que le tiraban comida, agua y heno para que se mantuviera caliente y con vida.
¿Eso es vida? ¿Es vida estar 5 años encadenada en un sótano rodeada de heces pasando frío y comiendo de las sobras que le lanzaban los vecinos?
Afortunadamente, un equipo de rescate supo de su historia. Cuando la vieron por primera vez y quisieron rescatarla, Treya no lo puso fácil. Estaba asustada, hacía más de 5 años que no socializaba con nadie, temía a los humanos… Pero lo lograron.
Lograron rescatarla y ahora Treya vive en un hogar de acogida hasta que se recupere de las heridas emocionales y físicas: su lastimada pata de la que están recaudando dinero para poder ponerle una prótesis, descubrieron que también tenía el gusano del corazón del que la están tratando así como de las numerosas heridas que tiene en todo el cuerpo debido a la plaga de pulgas que habitaban en su piel.
Una historia muy triste que esperemos que tenga un merecedor final feliz. 5 años son muchos años de abandono y soledad en un sótano para cualquier animal y humano, muy difícil de soportar, pero esperemos que una familia sepa darle todo el amor que Treya se merece.