Es muy importante la manera que usamos para educar a nuestro amigo, ya que deberá aprender a caminar a nuestro lado mientras va atado, estar tranquilo en un bar o terraza, saludar educadamente a nuestros amigos y a los suyos, ir en coche… y un largo etcétera.
Hay muchas maneras de educar a nuestro amigo, pero solo hay una que hace feliz tanto al perro como al propietario, y es con respeto. Durante anos se los ha adiestrado bajo dominación y liderazgo, donde lo único que se consigue es fomentar el miedo para que actúen como al propietario le interesa. El animal aprende las cosas por evitación, para eludir la bronca, golpe o castigo.
Nos damos cuenta que si entendemos al perro, le ayudamos con sus miedos y preocupaciones, le comprendemos, respetamos sus decisiones, aprendemos a comunicarnos con su lenguaje y sólo si le mostramos carino y amor podemos llegar mucho más lejos con él y conseguiremos una mutua confianza entre los dos muy especial. Llegaremos a ser su referente para todos los problemas que puedan suceder, para superar las situaciones que les sean difíciles de comprender, generando así un gran vínculo. En todo esto se basa la educación en positivo.
Encontramos a muchos perros con problemas debidos a tirones de correa, castigos, gritos y demás miedos que le genera su propietario. A estos mismos peluditos les damos comprensión, entendemos sus miedos y con carino y respeto les mostramos cómo afrontar una situación que debido a los castigos no sabían superar, consiguiendo así redirigir su comportamiento.
Es muy normal ver un perro al que cuando le preocupa una situación, se pone muy nervioso, ladra o tiene simplemente un comportamiento que al propietario no le parece el adecuado. Si pretendemos arreglarlo con un castigo, tirón de correa y demás, sólo conseguiremos que asocie esa situación a algo malo para él, y quizás dejará de ladrar para no obtener el castigo, pero no habrá aprendido a superarlo. Si ayudamos al perro y le hacemos ver que todo ello no es un peligro para él, podrá afrontarlo de nuevo sin problemas, porque habrá aumentado la confianza en sí mismo. Sólo requiere entenderlo y mostrarle el camino.
En el momento en el que decidimos que el peludo forme parte de nuestra familia, deberíamos ser consecuentes y tratarlo como tal, mostrándole lo mejor de nosotros para que pueda superar situaciones estresantes o desconocidas.
Sabremos que nuestro perro confía en nosotros porque cuando le inquiete alguna situación, nos preguntará con su mirada si debe preocuparse. Será entonces el momento de indicarle (utilizando su propio lenguaje) que eso no es ningún problema para él, y que, por lo tanto, puede dejar de estar en tensión y relajarse. Dado que no nos tendrá ningún miedo, tendrá la absoluta confianza en nosotros para mostrarnos en cualquier momento aquello que le preocupa, porque sabrá que si él no es capaz de gestionar esa situación, seremos nosotros los que le ayudaremos a sacarle de ahí, habremos conseguido nuestro objetivo: ser su referente de calma y por lo tanto, creado un vínculo muy especial.
Para conseguir un gran amigo inseparable para toda la vida…..por favor, ¡comunicación y respeto!
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