Siempre es necesario llevarlas al veterinario para que le practique un análisis de heces a fin de detectar parásitos. Se debe guardar una cuarentena -o al menos 15 días- para permitir a la chinchilla adaptarse tanto a su nuevo ambiente como a los olores de casa, sonidos, nuestros movimientos, a nosotros mismos, al nuevo pienso, al agua de casa, etc. Así mismo, en caso que estén albergando algún hongo o infección, será mejor que el brote aparezca antes de contagiar a la chinchilla que ya se encuentra en casa.
Primeros pasos
En caso de que sean chinchillas para criar (macho y hembra o un macho con varias hembras), es recomendable que el macho sea más pequeño que las hembras para evitar problemas en el parto. Igualmente es necesario que las hembras tengan al menos ochos meses de edad o esperar a que cumplan esa edad antes de colocarlos juntos. Dos machos con una hembra da más probabilidades de pelea en una jaula, sobre todo a la hora del celo, por lo cual no es recomendable.Una vez realizados estos pasos de adaptación, comenzamos el proceso de aceptación. En líneas generales, basta con colocar las jaulas cerca por unos días para que se huelan (de tres días a una semana). Pasado este tiempo, ya podemos hacer una presentación oficial en un sitio neutro (nunca en una jaula), como por ejemplo un pasillo: se sueltan ambas chinchillas y, estando vigilantes -aunque no muy encima para procurar que nuestros nervios y nuestra adrenalina no contagie a las chinchillas- dejamos que se huelan. Si vemos que no ocurre nada, podemos proceder a colocarlas en la jaula, aunque es preferible realizar esta rutina por una semana.
Puede darse el caso de que suelten el pelaje sin que una haya agredido a la otra, en cuyo caso no intervendremos. Igualmente puede ocurrir que se echen chorros de orina, en cuyo caso tampoco intervendremos, solo lo haremos si se muestran agresivos.
Si aparece la agresividad
En caso de que la agresividad se convierta en algo habitual, es importante separarlas y colocarlas por separado para que no se lleguen a detestar. Estos animales tienen una buena memoria por lo que la enemistad desde el principio debe evitarse. En estos casos de agresividad se produce una territorialidad y dominancia por ser el 'jefe', por tanto nuestra intervención debe ser sutil, para procurar que la chinchilla no se estrese e intentar modificar un comportamiento que es instintivo. Algunas de estas técnicas son:1.- Sinus o esencia de eucalipto: muchas veces es el olor de la chinchilla nueva, o la que está en casa, lo que está produciendo el problema. Unas gotas de esta esencia aplicada en orejas, zona genital y todo el lomo incluyendo la cabeza bastarán. El pelo queda muy graso y feo, pero nada que no se quite con un buen baño de arena.
2.- Flores de Bach: las flores de Bach son un remedio excepcional para modificar comportamientos, su efecto es lento pero efectivo.
3.- Colocamos un trozo de tela en cada una de las jaulas por unos días y luego intercambiarlas ayudará a que cada una sienta el olor de la otra y le sea más familiar.
4.- Darles de comer flores deshidratadas de tila o manzanilla ayuda a relajar los nervios y la tensión producidas en cada encuentro, incluso ayuda a prevenirlos.
5.- Algunos criadores experimentados suelen colocar las chinchillas en un espacio más reducido para su aceptación, como por ejemplo un transportín, en el que casi no puedan moverse, y los dejan allí un buen rato. Progresivamente van aumentando el espacio hasta que ya está resuelto el problema.
Antes de meterlas en la jaula
Si las chinchillas se han aceptado y pueden convivir en la misma jaula, sigue estos consejos antes de meterlas:- Sacar todo lo que esté en la jaula (juguetes, baldas, comedero e incluso el bebedero, comida, heno, etc.) al colocar a las chinchillas. Así evitas que inicien el juego de la territorialidad y el sentido de pertenencia.
- Limpiar y desinfectar muy bien la jaula (incluso barrotes, juguetes, baldas, comedero y bebedero para eliminar olor previo y que no aparezca la territorialidad).
- El sustrato debe estar nuevo.
- Debemos dejar la puerta abierta o fácil de abrir pero intentar intervenir lo menos posible, sobre todo porque casi siempre comienza un juego de persecución en la jaula para determinar el patriarca o la matriarca.
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