A la hora de elegir la correa, mínimo debemos de cumplir una normativa que nos marca la ley vigente en cada comunidad, o si esta no existiera la que marca la legislación nacional.
La legislación valenciana en la LEY 4/1994, de 8 de julio, sobre Protección de los Animales de Compañía en el Titulo II artículo 12-2 indica: El propietario o poseedor de los perros deberá tenerlo en las vías públicas bajo su control en todo momento por medio de una correa o similar para evitar daños o molestias. Los perros peligrosos o agresivos que circulen por dichas vías deberán llevar un bozal puesto.
Según esta norma, no especifica el tamaño ni tipo de correa, pero analizando detalladamente los textos marcados por negrita y cursiva, podemos deducir que dependiendo del tipo, tamaño y educación del perro deberemos de usar una correa u otra.
El peligro de las correas extensibles
LAS CORREAS EXTENSIBLES:
El uso de estas correas está muy extendido, sobre todo en perros de tamaño pequeño. Aunque también hay propietarios de perros de tamaños más grandes, que ante la imposibilidad de soltar a su perro, por falta de control (se escapa o no vuelve cuando le llaman) desean permitirle al perro un libertad ilusoria.
Pero que efecto causan estas correas? En primer lugar, estas correas incitan a que el perro estire, puesto que si estira en un porcentaje muy alto no encuentra resistencia, y en segundo lugar, impide que controlemos al animal. Por lo tanto, aun llevando al animal atado, según marca la ley, incumplimos esta totalmente, puesto que no tenemos control ninguno sobre él. Además al ser la distancia de estas correas de 3-5 metros, cuando se encuentra totalmente extendida, si entre nosotros y el animal se cruza una persona, podemos inflingirle daños, caidas y rozaduras, con la cuerda.
Hay que tener en cuenta que el principal motivo por el que la ley nos obliga a llevar a los animales atados, es para proteger a las personas de los perros, si un adulto o un niño, sufre daños con una correa extensible, perfectamente nos pueden denunciar, aunque el perro esté atado, puesto que no lo llevamos controlado y a sufrido un daño por ello.
Otro problema con las correas extensibles, son los perros asustadizos o que no acuden a la llamada (los famosos escapistas). Este tipo de correa, debido a la forma ergonómica de su asa, es muy propensa a escurrirse y caerse de las manos, lo que produce un ruido bastante fuerte a menos de 1 metro del perro, además de que puede “serpentear” rápidamente hacia el perro, en caso de estar extendida. Esto puede provocar miedo y un motivo de huida, que además con la carrera se intensifica, puesto que el asa de plástico de la correa va golpeando el suelo y provocando más ruido. Desde luego el perro corre más que nosotros, por tanto hasta que no se canse no parará.
Si después de leer estos motivos sigue dudando, le voy a enumerar brevemente las ventajas de una correa de “adiestramiento” con 3 posiciones y un tamaño de hasta 2 metros.
Cuanto la utilizamos en su tamaño de 1 metro nos permite un mayor control sobre el perro.
Al tener varias posiciones y 2 eslabones podemos, no solamente utilizarla en 1 metro, 1,5 metros y 2 metros, sino que además nos permite atarla a carritos, arboles, farolas, al cinturón, etc…
Si se cae, al ser de materiales flexible (nylon, cuero, algodón, etc…) no produce ruido, por lo que el perro no se asusta y sale corriendo.
No incita al perro a tirar, puesto que permite al perro una distancia corta con respecto a nosotros.
El tamaño idóneo de una correa es de 1 – 2 metros para poder controlar al perro, y de 1.5 a 2 cm. de grosor, para que podamos manejarlo.
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