Tomado de Zona Movilidad.es
Para llegar a esta conclusión los investigadores pusieron seis collares a seis osos negros, con los que medían sus pulsaciones. Los científicos descubrieron que cuando los drones pasaban a 20 metros de sus cabezas, la frecuencia cardíaca de los osos subía el doble de lo normal.
"Todos los vuelos aumentaron la pulsación de los animales", afirmaba el estudio. Otro estudio, de la revista Biology Letters, publicó que los patos temían más a los drones que se aproximaban verticalmente que a los que volaban de forma horizontal a su encuentro.
Estos estudios han reabierto el debate en EEUU de la utilización de los drones en reservas naturales.