Tomado de La Página.com.sv
Una mujer, quien era propietaria de un perro de seis meses, se encuentra en una lucha para que se acepte que una médico veterinaria realizó una mala praxis a su cachorro, una figura que de momento solo es aceptada en caso de humanos y no de animales.
De acuerdo al caso, que actualmente está en el Consejo Superior de Salud Pública y ha llegado a la Fiscalía General de la República (FGR), el can recibió un diagnóstico erróneo, lo que le provocó la muerte.
Dante era un perro de la raza Siberian Husky que murió el pasado 7 de mayo, luego que supuestamente recibiera un diagnóstico equivocado de parte de una profesional de una veterinaria capitalina y un tratamiento que empeoró su salud y finalizó en el deceso de la mascota familiar.
La médico veterinaria que atendió a Dante asegura que aplicó el tratamiento adecuado al animal, pero por el avanzado estado de la enfermedad, no respondió positivamente al mismo.
La propietaria del can, quien solicitó proteger su identidad, relató que el 6 de abril participaron junto al perro en una caminata organizada por una organización protectora de animales. El día trascurrió con normalidad; sin embargo, al llegar a su vivienda, la mascota no quiso comer y mostró un decaimiento en su comportamiento, pero atribuyeron dicha condición al cansancio tras la actividad.
Los siguientes tres días, el perro presentó vómitos, diarrea, temperatura y secreciones oculares, por lo que decidieron llevarlo a la veterinaria Los Héroes, donde le realizaron varios exámenes y tras los chequeos, la doctora Claudia Santamaría determinó que padecía de Erlichia (enfermedad trasmitida por una garrapata) y brindó el tratamiento que consideró adecuado.
"Los exámenes realizados a Dante dieron negativos a la Erlichia; sin embargo, la doctora dijo que eso tenía y le dio Doxiciclima para tratar el padecimiento, pero el perro no mostró ninguna mejoría en las próximas semanas", dijo la propietaria.
La mujer explicó que su mascota tenía todas las vacunas y siempre había sido un perro sano, por lo que era la primera vez que lo llevaba a un veterinario.
La propietaria del can aseguró que el 14 de abril regresaron a la veterinaria para realizar nuevos chequeos que nuevamente dieron negativo a la Erlichia, pero el tratamiento continuó para dicha enfermedad.
"Tras 21 días de tratamiento y no ver ningún avance en la salud de Dante decidimos llevarlo a otra clínica, donde le diagnosticaron de inmediato y el padecimiento era moquillo", relató la dueña, quien dijo que a pesar de recibir los medicamentos adecuados, el perro falleció tres días después.
Denuncia ante las autoridades
La propietaria de Dante acudió el 13 de mayo a la Junta de Vigilancia de la Profesión Médico Veterinaria donde denunció el caso y acusó a la doctora Santamaría por, según ella, ser la responsable de la muerte del can a raíz de un mal diagnóstico.
Diario La Página contactó a la profesional, quien negó haber cometido mala praxis en la atención que por dos semanas y media brindó al can y especificó que el tratamiento proporcionado al animal fue para combatir un proceso emoparasitario y un proceso infeccioso respiratorio, pero nunca diagnosticó Erliquia.
"No di un diagnóstico definitivo porque no tenía pruebas para probarlo, mis pruebas no eran concluyentes y siempre lo manejé como un diagnóstico presuntivo y eso le expliqué a la propietaria", dijo Santamaría.
Además, explicó que nunca realizó un examen de moquillo debido a que el perro contaba con la cartilla de vacunas al día y ya se encontraba protegido de dicha enfermedad canina, por lo que confió en el documento que presentó la propietaria del animal.
"No se sabe si las vacunas hicieron la efectividad necesaria. Existe la cadena de frío para el mantenimiento de las vacunas desde que se fabrica y se transporta, puede pasar cualquier cosa para que la vacuna no funcione", reflexionó al respecto.
Resolución de la Junta de Vigilancia
Casi dos meses después de la denuncia, la Junta de Vigilancia resolvió que la doctora realizó un tratamiento en el paciente convencida que dicho paciente estaba inmunizado contra la enfermedad del Moquillo Canino, ya que la propietaria le presentó una cartilla de vacunación con sus respectivas etiquetas que lo confirmaba".
Sin embargo, la resolución expresa que aunque se presente una cartilla de vacunación del paciente, la veterinaria "no se puede confiar en un cien por ciento que dicho paciente está inmunizado contra la enfermedad". El caso fue cerrado contra la profesional.
Durante el proceso de investigación del caso se descubrió que la persona que vacunó a Dante es una estudiante egresada de la Universidad de El Salvador, por lo que la Junta de Vigilancia determinó que la joven realiza un trabajo de forma "ilegal" al no estar graduada y reconocida por la entidad competente, por lo que se puso en duda el manejo que se le dio a la vacuna en la cadena de frío, lo que pudo haber provocado que el perro no estuviera protegido con el moquillo.
Presentan apelación y denuncia en Fiscalía
La propietaria de Dante, ante la inconformidad con la resolución, presentó una apelación ante el Consejo Superior de Salud Pública argumentando que la Junta de Vigilancia de la Profesión Medico Veterinario en su resolución reconoce "negligencia" por parte de la acusada en el caso de Dante, sin embargo, se apega a que la mala praxis está establecida en el artículo 284 del Código de Salud en lo relativo a seres humanos y no animales.
La apelación se encuentra en estudio en el Consejo Superior de Salud Pública y también la denuncia ha sido presentada ante la Fiscalía General de la República.
La dueña de Dante aseguró que espera que se condene casos de mala praxis en casos de animales y este caso se convierta en un precedente en el país. Asimismo una compensación económica ante los gastos en veterinarias que realizó durante la enfermedad de Dante, la cual pudo curarse si hubiera tenido el tratamiento adecuado. Asimismo que la galena responda por los gastos jurídicos que la familia ha tenido que incurrir en busca de justicia en el caso de su mascota.