Artículo de César-Javier Palacios, tomado de La Crónica Verde
Uno al mes. Terrible. El último fue Jaguar, un joven lince ibérico nacido en 2012, muerto atropellado por el tren en el valle de Guarrizas (Jaén) cuando buscaba un nuevo territorio donde asentarse y ayudar a la recuperación del felino más amenazado del Planeta. Unos días antes caía otro arrollado por un coche en una carretera de Azuel (Córdoba). Y el año pasado fue aún peor, pues en 2013 murieron atropellados un total de 14 linces, la mayor cifra desde que hay registro oficiales.
Jaguar, Francisco, Feria, Helecho, Destreza,? Qué mal estarán los linces cuando todos tienen nombre propio. Son los últimos, poco más de 300.
Según WWF, el número de atropellos de linces se ha triplicado en los últimos años hasta convertirse en la mayor amenaza para el futuro de esta joya de la naturaleza.
En concreto, tienen identificados cuatro puntos negros en las carreteras andaluzas donde se repiten los atropellos y donde es imprescindible actuar de forma inmediata. Medidas tan sencillas y económicas como reparar o mejorar el vallado de las carreteras, instalar una señalización correcta o desbrozar los márgenes reduciría la mortandad.
Pero, hasta el momento, no ha habido reacción alguna de la Administración y el número de atropellos sigue aumentando de forma exponencial.
Si no actuamos ahora de forma inmediata, todos los esfuerzos por la recuperación del lince habrán sido en vano. Por eso, WWF ha lanzado una cibercampaña solicitando a los Ministros de Fomento y Medio Ambiente que detengan esta sangría y arreglen todos los puntos negros para que NI UN SOLO LINCE MÁS muera atropellado.
Yo ya he firmado. ¿Firmas también tú? Aquí tienes el enlace: www.wwfenaccion.com/lince