Entre las enfermedades renales que pueden afectar a los gatos, la insuficiencia renal crónica es la más común. También existe la insuficiencia renal aguda, que generalmente se debe a la exposición a toxinas.
En este artículo, te expongo 6 formas de prevenir la insuficiencia renal en tu gato, así como los síntomas para que puedas detectarla a tiempo.
Síntomas de la Insuficiencia renal en tu gato
El gato al acumular desechos y otros compuestos en el torrente sanguíneo que normalmente son eliminados o regulados por los riñones, se siente enfermo, letárgico, descuidado y con pérdida de peso.
También puede perder la capacidad de concentrar la orina de manera adecuada y, como resultado, puede orinar mayores cantidades y beber más agua para compensar. La pérdida de proteínas y vitaminas importantes en su orina puede provocar un metabolismo anormal y la pérdida de apetito.
A medida que las toxinas se acumulan en el torrente sanguíneo, tu gato puede comenzar a vomitar de vez en cuando, desarrollar úlceras en la boca, volverse cada vez más débil, y exudar lo que se conoce como un olor “urémico” causado por cantidades excesivas de amoniaco en la sangre.
Diagnóstico de la insuficiencia renal
Para evaluar la enfermedad renal, los veterinarios a menudo acuden a análisis de sangre y de orina para determinar las concentraciones de productos de desecho y otros componentes que los riñones sanos normalmente filtran o regulan.
Otras pruebas incluyen ecografía abdominal, radiografías (rayos X) y, en algunos casos, evaluación microscópica de muestras de biopsia. Dado el potencial de hipertensión en gatos con ERC, la medición de la presión arterial de un gato también es una parte importante de la evaluación médica de esta enfermedad.
6 consejos para la prevención de la Insuficiencia renal
1. Facilitar el acceso a la caja de arena
Para animar a tu gato a orinar con regularidad, y así eliminar los desechos de su cuerpo, asegúrate de que pueda acceder fácilmente a su caja de arena. Ponla en un lugar donde se sienta cómodo y seguro.
Además, recuerda limpiarla a diario eliminando sus heces. Del mismo modo, la arena o aglomerante que uses, debe ser cambiado una o dos veces por semana.
2. Anima a tu gato a beber
Para mantener saludables los riñones de tu gato, debes motivarlo a que beba agua durante todo el día. Para eso, no dudes en invertir en una fuente de agua o en tener varios tazones de agua fresca en la casa. También puedes verter un poco de aceite de atún en su recipiente de agua.
Si tu gato tiende a beber muy poco, opta por alimentos húmedos en lugar de croquetas. De lo contrario, también puedes humedecer las croquetas con agua tibia.
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3. Lleva a tu gato para chequeos regulares al veterinario
Los exámenes de rutina realizados por el veterinario aumentan las probabilidades de que se descubra cualquier síntoma de mala salud antes de que se convierta en afecciones graves, como insuficiencia renal crónica. Las pruebas de laboratorio se han vuelto altamente sofisticadas y son capaces de detectar cambios mínimos en las cantidades de productos de desecho en el torrente sanguíneo.
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4. Proporcionar una dieta saludable a tu gato
La dieta juega un papel absolutamente esencial en la prevención de enfermedades. Comienza por alimentar a tu gato con alimentos de alta calidad. Estos deben ser ricos en proteínas pero bajos en fósforo y sodio, y altos en vitaminas solubles en agua, fibra y concentraciones de antioxidantes para prolongar la vida y mejorar la calidad de vida en gatos con enfermedad renal crónica.
5. No dejes que tu gato se ponga obeso
Al igual que con los humanos, la obesidad en los gatos puede causar diabetes, una enfermedad con una fuerte tendencia a acabar en una insuficiencia renal.
Si tu gato está cogiendo demasiado peso, debes consultar al veterinario para determinar el peso ideal y la dieta que conviene a tu gato.
6. Limitar su exposición a sustancias tóxicas
Las sustancias tóxicas, como el anticongelante de etilenglicol o los medicamentos destinados a humanos y animales, deben estar fuera del alcance de tu gato. De la misma manera, ciertas plantas tóxicas, en particular el lirio, deben estar fuera del hogar porque son particularmente peligrosas para los riñones de tu gato.
Si tu gato ingiriera alguna de estas sustancias, podría desarrollar una insuficiencia renal aguda y morir.