Por Elsie Carbó
grillosazules@gmail.com
Perros famélicos y hambrientos, hacinados en lugares públicos donde suelen venderse productos comestibles, colonias de gatos alrededor de los tanques recolectores de basura o vertederos que se encuentran amontonados en calles y barrios de las ciudades, perros abandonados, o muertos, contaminados por enfermedades como el moquillo canino u otras de vital importancia infecciosa, caballos famélicos que dan grima por tantas heridas en el alma y en el lomo, gatas recién paridas quemadas con aguas calientes para que se marchen del patio ajeno con su cría, o perras embarazadas tiradas al camión de recogida de zoonosis donde, además del maltrato el hambre y la sed, encuentran la más horripilante muerte sin merecerla. Son los paisajes habituales de nuestras ciudades, y campos, aunque hay ejemplos peores en que la crueldad y los instintos más bajos se ponen de manifiesto contra los animales, como las violaciones o las torturas, pero solo me referí a estos para apuntalar un tema del cual casi no se habla ni en la prensa escrita, ni en la televisión y mucho menos aparece en discursos oficiales de Cuba cuando rinde informe ante organismos internacionales. Se trata de la protección de los animales como parte integral del medio ambiente y la biodiversidad de un país, sobre todo cuando ese país se sabe seguidor de muchos requisitos de índole tan sensible para la sociedad.
Y ante esta situación nacional que se agrava cada vez a pasos agigantados, al dejarse sin atender y no tomar las providencias necesarias para darle solución, Nora García, Presidenta de Aniplant, comentó frente a las cámaras de la televisión cubana sus puntos de vista sobre el derecho y el bienestar de los animales en Cuba, algo que por ser la primera vez que se trata en un programa de audiencia nocturna, Cubavisión, y en horario estelar, reviste una importancia colosal si vamos a ver, teniendo en cuenta esa invisibilidad que por décadas ha existido en los medios y con la cual no se sabe qué se puede hacer, siempre que no sea pagar un dinero fuerte para cambiarla, porque los activistas o protectores no ganan dinero por proteger a los animales. Entonces esa importancia que yo veo reside fundamentalmente en que se defendió públicamente el derecho de los animales, tanto de los pájaros, los jubos, los majaes, los elefantes, los caballos, los perros y los gatos, lo que es ya de por sí una batalla ganada en un contexto donde ha primado la indiferencia y la apatía.
Todos sabemos que la lucha contra el maltrato animal y la implantación de leyes que defiendan sus derechos no es algo que le interese mucho a nuestra programación televisiva, por supuesto si no reciben la sugerencia desde arriba, si no, ya tendríamos la suficiente divulgación como para fomentar esa conciencia en la población tan necesaria en los niños en primera instancia. Por eso se trata también de alcanzar una educación emocional que controle el comportarnos como personas tanto en un ómnibus como en la cola del pollo, pues no es solo castigar a aquella mujer que no tiene escrúpulos en tirar a la calle a su mascota porque esté vieja o enferma, o en los jóvenes que agreden injustificadamente a un animal solo porque no hayan tenido a nadie en su escuela o en su familia que le hayan hecho ver que los animales sufren y sienten como seres vivos que son, es algo más profundo que tiene que ver con esos sentimientos de la espiritualidad, de
altruismo, bondad, generosidad y respeto a una misma y a los demás seres en general, y eso no viene solo, hay que educarlo en la sociedad.
Entonces voy al punto de la cuestión que ha desatado polémicas en las redes sociales, cuando la representante de Aniplant en Cuba, se refirió al aspecto de si estamos o no preparados para entronizar una Ley de protección animal en Cuba con todos sus atributos jurídicos y penales, a mí personalmente, y con todo respeto, me sobrevoló la duda de si estará Colombia, por mencionar un ejemplo, mejor preparado que nosotros para aquilatar una ley de esa envergadura? Sabiendo que hemos erradicado el analfabetismo desde hace 60 años, y tenemos educación gratis a todos los niveles estudiantiles, formamos técnicos, ingenieros, médicos, y de cuanto profesional haya en el mundo sin costo alguno y masivamente gracias a la Revolución. Podrá estar su población más educada y preparada que la nuestra para entender una Ley de protección a sus animales?
Leemos que Latinoamérica es líder en Leyes de Protección Animal. Sus multas van hasta más de dos salarios por maltrato y cárcel de dos y más años a quienes atropellen por gusto a un animal o le den muerte. Algunos me gustaría mencionar, como México, Uruguay, Costa Rica, Panamá, Bolivia, Venezuela… En Uruguay por ejemplo se han promulgado además otras enmiendas a la Ley, que en opinión del ex presidente Mujica, muy amigo de Cuba por cierto, deben ser aún más fuertes contra quienes lastimen o maten a un animal.
Entonces mi gente, que no nos invada el desaliento o el cansancio, ni tampoco la furia, de ser esa la pregunta, habría que darle a Nora el beneficio de la duda y recordar que en décadas pasadas fue Aniplant, entre otras entidades, quien presentara dos anteproyectos de Leyes de Protección Animal con estos mismos fines de los cuales ahora hablamos, proyectos entregados al Ministerio de la Agricultura, único responsable en este caso de que fueran condenados a un olvido total y sin respuesta.
A quién beneficiaría entonces que alguien vaya a la televisión y hablé de lo que tanta falta hace en el país? Pues a los propios animales, que si tuvieran palabras para expresarse estarían felicitando en primera a los conductores del programa Al Derecho y en segunda a la idea de invitar a una activista pro defensa de los animales, en este caso a una que lleva casi 40 años luchando por el bienestar de ellos, con aciertos y desaciertos, muros infranqueables y defectos, pero es la cara que hemos visto durante décadas y la voz que se escucha en los programas de la radio alentando a las esterilizaciones y a las campañas para vacunar a los perritos, pienso que si hay desaliento o no, como le sucede a cualquier hijo de vecino de esta tierra, no es precisamente en lo que hay que enfocarse. Golpe a golpe se derriba la montaña, no se gana nada dividiendo las fuerzas ni peleando entre sí batallas estériles o inconformes, creo que estamos ante las puertas de lograr que se reconozca oficialmente el derecho de los animales, bien mediante una ley, una resolución o una designación oficial que se promulgue en virtud de tantas voces que lo estamos pidiendo desde hace rato. Espero que algún diputado o diputada será el que lleve esta propuesta a la Asamblea Nacional. La esperanza está muy cercana.
Hay una máxima que tengo que recordar ahora y que dice divide y vencerás, y nada más cercano a la realidad que eso, por lo tanto no dejemos que la pasión enturbie los pensamientos, ahora lo fundamental es que dado el primer paso, lograda en buena medida una visibilidad en el tema, porque la información llegó a todos los hogares cubanos y estoy segura que muchos miraron diferente al sarnoso de la esquina, quizás con otra mirada y hasta le llevaron el plato de comida sobrante con sus propias manos.
Iremos en pos de una mayor divulgación de nuestros objetivos, que son en primera instancia, lograr el bienestar de los animales, cómo? Entre otras cosas, creando conciencia en la población, sembrando estas ideas en las escuelas, educando a través de los medios de comunicación y promulgando leyes que penalicen y castiguen fuertemente a los transgresores. Yo estoy segura que habrá otros programas iguales o auperiores en los que se harán eco de los reclamos de esta comunidad amante de los animales, que por suerte, es también integrante de la sociedad civil cubana de la que todos formamos parte.