El caparazón es un escudo protector que caracteriza a todas las tortugas, y son los únicos animales que lo poseen, este no solo les ayuda a protegerse de depredadores, también ayuda a las tortugas a que absorban con mejor eficacia el calor del sol, muy necesario para todos los reptiles.
El caparazón también está formado por placas costales y neurales, y por elementos periféricos, de origen dermal. En la mayoría de los casos hay 8 a 9 pares de placas costales, asociadas cada una a un par de costillas, las placas neurales se encuentran asociadas, por su parte, a la espina neural de las vertebras torácicas y ambos tipos de placas se forman como extensiones del pericondrio de las costillas y vertebras asociadas respectivamente.
Estos son las partes que externas de un caparazón y una tortuga:
En el plastrón se fusionan huesos como las clavículas e interclavículas, está formado por 9 huesos, el plastrón ya estaba presente en las primeras tortugas primitivas que carecían de caparazón
El caparazón tan duro y grande de las tortugas les afecta también en la respiración, mientras que todos los animales respiran contrayendo y expandiendo sus costillas, cosa imposible para las tortugas por la dureza de su caparazón, como podéis imaginar, las tortugas tienen láminas de músculos dentro de su caparazón para bombear oxígeno a través de sus bocas y en muchas ocasiones, las tortugas son capaces también de respirar por la cloaca.
¿Quieres ver como es un caparazón de tortuga vacío? pues pincha en este vídeo.