Nos presentamos
Nos presentamos, somos Adriana y Joshua, los tutores de Dex y Akira y queremos contaros nuestra historia para aportar nuestra visión sobre la dieta barf, desde una perspectiva diferente.
Dex tenía una infección bacteriana en el corazón. Nosotros ya habíamos visto el documental de pet fooled y ya sabíamos que queríamos pasarle a barf, nos compramos el libro de Verónica esas navidades anteriores y aún estábamos estudiando como iniciarnos cuando nos encontramos en una UCI, con nuestro perro debatiéndose entre la vida y la muerte y con la mente intentando encontrar todas las soluciones posibles para que Dex luchara contra esa bacteria.
Enfrentandonos a la enfermedad
Después de un mes de antibióticos logró eliminar la bacteria, pero el corazón había quedado deformado por las vellosidades que se habían creado y su corazón ya no podría ser el mismo.
No teníamos pronóstico, las estadísticas eran desmoralizadoras, pero ahí estaba él, con ganas de vivir, luchando en cada obstáculo. Tendría que tomar medicación de por vida y nosotros sabíamos que a una persona enferma del corazón, debes darle una dieta especial. Tomaba diuréticos diarios para que no se le encharcaran los pulmones, lo que implicaba más funcionalidad renal; cuánta más agua tuviera que filtrar, más probabilidades había de que tuviera fallo renal.
La solución fue clara: Dex debía comer Barf, el pienso, por llevar sodio y por estar deshidratado, lo empeoraría todo, así que contactamos con Verónica para que le diseñara la dieta a Dex y empezamos a aplicarla en cuanto dejó los antibióticos.
Rompiendo estadísticas
No sabían decirnos cuánta esperanza de vida tendría, solo los problemas que podrían ocurrir y que es lo peor que podría pasar.
Rompió todas las estadísticas. Nosotros estudiamos su enfermedad para conocerla mejor, nos estudiamos su medicación, su comportamiento, su dieta, sus constantes. Todo lo que nos sirviera para detectar cualquier anomalía y salir corriendo. Dex luchó durante un año y medio y en el que pudo tener una calidad de vida excelente pese a su enfermedad.
Tuvo tres edemas pulmonares que superó, un trombo en el bazo que reabsorbió y nunca tuvo fallo renal.
Disfrutó de la comida y la comida le regaló ese tiempo de más el que luchaba.
Los veterinarios nos miraban con desconfianza cuando les decíamos que comía barf, o cuando hacíamos preguntas como: ¿entonces los diuréticos hacen que haya perdida de potasio no? ¿cómo funciona un diuretico? ¿qué provoca un fallo renal?. Si no hubiéramos preguntado todo lo que preguntamos sabiendo algo sobre Barf, no habríamos podido adaptarnos a lo que el cuerpo de Dex necesitaba.
Una dura despedida
Hace dos meses, nuestro guerrero falleció en casa de un paro cardíaco.
Estuvo jugando hasta esa misma tarde, el cuerpo ya hacía un mes que empezaba a flojear pero de todas las opciones posibles para su muerte, damos gracias porque fuera de la manera más rápida e indolora. Siempre creeremos firmemente y pondríamos la mano en el fuego sin dudarlo que, gracias a la alimentación.
Dex vivió más de lo que debería haber vivido, y eso no tiene precio.
Akira también se merece BARF
Seis meses después de empezar la dieta barf con Dex y ya manejándonos con más soltura en ella, pasamos a nuestra Calina Akira de 8 años. En su caso, siempre había comido pienso y además de tener una salud dental lamentable por el sarro y tener sobrepeso (puedes verlo en la primera foto), pensamos que BARF le ayudaría a tener una mejor salud y disfrutaría comiendo mucho más, no era justo que su hermano comiera comida de verdad y ella bolas secas aburridas.
Enseguida perdió grasa, mejoró mucho su movilidad y sobretodo, dejó de beber tanta agua.
Hace 6 meses le detectaron un linfoma tipo B, y enseguida empezamos a hacer quimioterapia, un tratamiento de 16 sesiones que duraron 5 meses y desde la 2º sesión ya empezamos a ver la remisión del mismo hasta que ha desaparecido por completo.
En su caso hicimos lo mismo, preguntamos y preguntamos todo sobre la enfermedad, medicación y cómo estaría su cuerpo durante ese tiempo para poder ayudarle.
Ahora Akira, con unos cuantos dientes menos, ya que decidimos retirarle las piezas insalvables y con un tipin estupendo, es una Carina de 10 años, con mucha energía y con una familia detrás que preguntará y preguntará siempre que necesite una respuesta.
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